Un video difundido en redes sociales durante la noche del lunes 15 de julio ha generado indignación entre usuarios de redes sociales tras mostrar a varias palomas muertas en el atrio de la iglesia La Merced, ubicada en la zona 1 capitalina. Según la denuncia ciudadana, se sospecha que las aves habrían sido víctimas de un posible envenenamiento.
Las imágenes, que rápidamente comenzaron a compartirse en distintas plataformas, muestran más de una docena de palomas sin vida en el suelo frente al templo. Algunas personas que comentaron la publicación sugieren que desconocidos podrían haber arrojado comida envenenada en el lugar, aunque hasta el momento no hay confirmación oficial de las causas. La parroquia de La Merced no ha emitido ningún pronunciamiento sobre lo ocurrido.
Durante la mañana del martes 16 de julio, un usuario de redes sociales compartió que encontró una paloma muerta en una acera en ruta hacia la zona 18, y planteó la posibilidad de que el ave proviniera de la zona 1, dada la cercanía y dirección.
Casos similares
Esta no es la primera vez que ocurre un hecho de esta naturaleza en Guatemala. En 2019, más de cien palomas fueron halladas muertas en la Plaza de la Constitución y en los alrededores de la Catedral Metropolitana, también por posible envenenamiento. Aquel caso generó indignación en redes sociales y entre grupos defensores de animales.
Casos anteriores también se registraron el 23 de noviembre de 1999, cuando se localizaron 30 palomas muertas en el atrio de la Catedral Metropolitana, y el 23 de junio de 2007, cuando al menos 50 palomas aparecieron sin vida en la misma plaza, presuntamente después de haber ingerido maicillo envenenado.
Las autoridades aún no se han pronunciado sobre el nuevo caso reportado en La Merced, pero usuarios de redes sociales piden que se investigue lo ocurrido y se tomen medidas para evitar la repetición de estos hechos que afectan tanto al patrimonio urbano como al bienestar animal.
Las palomas forman parte del paisaje cotidiano en el Centro Histórico. Es común verlas congregarse en espacios amplios y tranquilos como plazas y atrios de iglesias, donde encuentran alimento fácilmente gracias a los visitantes y comerciantes. Su presencia en estos lugares es también simbólica: representan paz y tradición, y forman parte del entorno urbano y turístico. Sin embargo, su cercanía con las personas también las expone a riesgos, como el consumo de alimentos contaminados o actos deliberados de crueldad.



