El Tribunal de Sentencia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente de Chimaltenango condenó a Emily Alejandra Ordóñez Coronado tras ser encontrada culpable de la muerte de su hijo Rudy Francisco Baches Ordoñez, conocido como "Paquito", quien tenía cuatro años de edad.
El crimen ocurrió en junio de 2024. Salió a la luz cuando la mujer se acercó a una estación de bomberos para pedir apoyo, pues fingió que el menor había sido víctima de secuestro y que los delincuentes lo habían agredido.
El personal de los bomberos Municipales Departamentales observó que el pequeño presentaba golpes en distintas partes del cuerpo y, al evaluarlo, confirmó que ya no contaba con signos vitales, por lo cual coordinó la presencia de las autoridades correspondientes.
Víctima de maltrato
Según las investigaciones realizadas por la Fiscalía de Distrito de Chimaltenango, al niño le habrían quitado la vida en el inmueble donde habitaba la familia en el Tejar, Chimaltenango, donde habría sufrido una serie de maltratos.
Se determinó que el 10 de junio, Jairo Noé Chocón Teque, el padrastro del niño, lo agredió con el consentimiento de la madre hasta quitarle la vida. Fue entonces que ambos decidieron llevarlo a la estación de bomberos.
Aunque la mujer insistía en que individuos desconocidos se habían robado al infante en Sumpango Sacatepéquez y después lo dejaron abandonaron con varias lesiones en la vía pública, el Ministerio Público llevó a cabo las averiguaciones y descartó tal extremo. También confirmó la participación de ella y su pareja en el crimen.
Los análisis forenses determinaron que la causa de muerte del pequeño, que era cariñosamente conocido como "Paquito", fue perforación pulmonar a causa de varios golpes.
La sentencia
El MP demostró ante el tribunal correspondiente la participación de la mujer en la muerte de su hijo, por lo que se dictó una sentencia de 25 años de prisión por parricidio y tres más por obstaculización a la acción penal, para un total de 28 años de privación de libertad.
En cuanto al padrastro, no enfrentó juicio porque días después de la muerte del niño fue hallado sin vida. Su cuerpo presentaba señales de violencia y fue abandonado en un sector de Santa Lucía Cotzumalguapa, departamento de Escuintla.
Según el informe de las autoridades, era un presunto pandillero y murió tras recibir varios impactos de bala en distintas partes del cuerpo.
