Familiares, vecinos y amigos despidieron este lunes 24 de noviembre a María Florinda Ríos Pérez, la migrante guatemalteca que murió en el marco de un hecho de violencia en Estados Unidos hace algunas semanas.
La connacional y su esposo, también residente en aquel país, se dedicaban a realizar labores de limpieza. Sin embargo, ella perdió la vida tras recibir un disparo en la cabeza cuando intentaba abrir una residencia equivocada para entrar a trabajar en Indiana, Estados Unidos.
Su cuerpo fue repatriado ayer a Guatemala y fue trasladado al municipio de Cabricán, Quetzaltenango, donde se llevan a cabo las honras fúnebres, en medio de la consternación y dolor.
El caso de la guatemalteca
María Florinda Ríos Pérez, de 32 años, fue baleada a inicios de noviembre en Whitestown, una ciudad al noroeste de Indianapolis (Indiana), Estados Unidos, donde trabajaba regularmente limpiando casas.
La mujer y su esposo, Mauricio Velásquez, trabajaban para una empresa de limpieza que les dio la dirección equivocada de una casa que debían asear.
Ella se aproximó a la puerta y fue baleada por un hombre que, según la investigación inicial, dijo sentirse amenazado por la presencia de la mujer.
La Policía acudió a la vivienda en la urbanización Heritage tras recibir una llamada por un posible allanamiento de morada. Cuando llegaron, los agentes encontraron a la guatemalteca muerta en el porche de la casa.
La familia de Ríos Pérez ha exigido justicia por la muerte de la mujer, que no había ingresado a la casa.
Velásquez dijo a la televisión WCNC que sostuvo el cuerpo sin vida y ensangrentado de su esposa mientras llegaba la policía. "Pido justicia porque la persona que hizo eso no creo que esté bien de la cabeza", subrayó el inmigrante entre lágrimas.
El sospechoso del crimen, identificado como Curt Andersen, fue ingresado la semana pasada en la cárcel del condado de Boone sin derecho a fianza y se presentará ante el tribunal en los próximos días, informaron los fiscales.



