La duda sobre si es mejor ducharse al iniciar el día o hacerlo justo antes de ir a dormir ha generado debate durante años. Expertos en dermatología y hábitos de salud coinciden en que ambas alternativas aportan beneficios distintos y que la elección dependerá de las necesidades de cada persona.
La ciencia ha recopilado evidencias que ayudan a entender los efectos de cada horario y cómo influyen en la piel, el descanso y la rutina diaria. Comenzar la mañana con una ducha ofrece varias ventajas. En primer lugar, permite eliminar el sudor y las bacterias acumuladas durante la noche en la ropa de cama, además de aportar una sensación de limpieza inmediata.
También se ha comprobado que el contacto con el agua ayuda a activar la circulación y aporta energía, lo que contribuye a despertar con mayor vitalidad. Otro punto a favor es que la ducha matutina prepara la piel y el cabello, eliminando residuos de productos cosméticos utilizados la noche anterior y controlando la grasa del cuero cabelludo, lo que facilita iniciar la jornada con una mejor presentación.
En contraste, ducharse antes de acostarse tiene beneficios igualmente importantes. Durante el día, la piel entra en contacto con la contaminación, el polvo y el sudor, por lo que la ducha nocturna elimina todas esas impurezas antes de dormir.
¿Cómo prefieres tu ducharte?
Además, está demostrado que el agua templada favorece la relajación muscular y mental, ayudando a conciliar un sueño más profundo y reparador. Quienes incorporan esta práctica en su rutina nocturna suelen sentir mayor confort y descanso.
También resulta clave para retirar maquillaje, protector solar u otros productos, evitando irritaciones en la piel y problemas de obstrucción en los poros. En contraste, ducharse antes de ir a la cama también tiene beneficios igualmente importantes.
Durante el día, la piel entra en contacto con la contaminación, el polvo y el sudor, por lo que la ducha nocturna elimina todas esas impurezas antes de dormir. Además, está demostrado que el agua templada favorece la relajación muscular y mental, ayudando a conciliar un sueño más profundo y reparador.



