Los acontecimientos sociales y políticos registrados durante las últimas semanas ponen en jaque al Gobierno, que no logra de salir del atolladero en que se encuentra.
La crisis política sigue vigente, el presidente Jimmy Morales y su gabinete, lejos de fortalecerse, se mantiene con problemas internos que resultan involucrando de forma negativa a la comunidad.
El Congreso sigue sin una agenda parlamentaria que permita atender los temas urgentes que le interesan a la población y, por lo contrario, los diputados se empecinan con defender sus privilegios personales.
Los guatemaltecos se preguntan cuál es el panorama del país en los próximos dos años. El programa A Primera Hora invitó a dos analistas políticos para platicar al respecto: Juan Callejas y Renzo Rosal.
Ambos coinciden en que los tres organismos del Estado están en problemas políticos y fragmentaciones internas, y que será muy difícil que logren avanzar en resultados positivos en los dos años que quedan, previo a las elecciones generales del año 2019.
JUAN CALLEJAS
Los temas que preocupan a los poderes del Estado
Estoy claro que el tema del presupuesto define la funcionalidad del Gobierno para el otro año, pero la forma como ha sido planteado lleva una serie de elementos que el Congreso, por su lado, y la población y la sociedad civil, piensan de forma distinta. Lo cierto es que tendrán que decir sobre la aprobación o no.
Ya hay una primera lectura: que como fue propuesto no va a ser aprobado porque propone más endeudamiento, por deuda interna como por deuda interna.
Incapacidad gubernamental
La evidente incapacidad de la gestión actual, de poder ejecutar el presupuesto 2017, deja mucho qué desear por parte del Gobierno. Se dice que este año la ejecución quedará un 10 por ciento abajo del presupuesto asignado.
Hay una cuestión sensible de lograr impuestos por parte de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT). Sigue siendo visible que seguimos dependiendo de remesas y del dinero que circula. Se habla de US $20 mil millones mal habidos que circula en la economía normal.
Son cosas concretas. La agenda de los próximos dos meses gira en torno a la aprobación o no del presupuesto 2018. Aparte, tenemos que ver que hay quiénes están pidiendo Q60 millones para un bono navideño del OJ.
No hay que perder de vista que el fracaso del Gobierno es un fracaso que nos involucra a todos.
Embajador de los Estados Unidos, Luis Arreaga, cambia de discurso…
En las intervenciones que ha tenido, o las visitas que ha hecho a algunas instituciones, se ve que hay un cambio de tónica, sin quitar el dedo de la llaga. El cambio parece orientarse positivamente hacia algunos aspectos que tienen que ver con la gobernabilidad.
Hay un acuerdo tácito de llegar al Presidente en la tónica que la Ley marca. Ahí hay tranquilidad.
Donde no la hay tranquilidad, es en las grandes posibilidades de un proceso eleccionario fallido. Ahora, de acuerdo con la LEPP, el voto nulo es vinculante. Entonces la gente iría a votar, pero nulo. ¿Qué sucederá después? Eso el TSE no lo tiene claro.
Las probabilidades que la población se manifieste en ese sentido, marca el rechazo que tendría el sistema político… sería categórico. También hay que ver qué grupos oscuros podrían estar detrás de eso… es la única manera de que se marque un sisma en el marco jurídico que promueva cambios de otra naturaleza.
Otra incógnita es el Congreso…
Me parece que hay una negación de los diputados de aceptar la realidad de las transformaciones que el país necesita. Están desconectados de la población.
Están empecinados en su mundito tratando de salvaguardar los privilegios que han tenido siempre, y eso terminará de profundizar la crisis en la que ha estado el Congreso.
No hay padrinos políticos que estén tratando de orientarnos. El país está descabezado en todos los órganos competentes.
El Congreso no se ha dado cuenta, y muchos diputados no están conscientes de lo que está pasando en el país. Ya no va la ley de aguas, la ley de competencia, la ley del servicio civil, no hay gente en el Congreso que piense en la transformación estructural que el país necesita.
Liderazgos para una nueva Junta Directiva; se mencionan nombres: Javier Hernández, Boris España, Manuel Conde… dos votaron por reformas al código penal… las leyes de la impunidad.
Es más de lo mismo. Parece no haber grandes posibilidades en el Congreso para retomar una agenda y asumir compromisos que el Pleno pudiera apoyar.
Una golondrina no hace verano y la suerte de fracaso que tiene el Congreso y las posibilidades de cambio a una agenda legislativa mínima para enfrentar el próximo proceso electoral y las nuevas condiciones del país, desde el punto de vista económico y social, están a la vista. El ámbito económico está bajando. En Doing Bussines, Guatemala está bajando. Estamos complicados.
No veo liderazgos, hay fragmentación en el Congreso. En lo único que están de acuerdo los diputados es en mantener sus privilegios.
Y la Corte de Constitucionalidad…
Es lamentable que una corte que es la salvaguarda del régimen institucional del Estado se esté desnaturalizando en el rol que la Constitución le asigna. Hay que tener cuidado. Es triste ver que la famosa plaza parecería no ser tan sustantiva ni clara como debería de ser.
Los movimientos sociales deberían ser más articulados y estimulantes. Las últimas convocatorias no han funcionado y eso lo leen los diputados, el Presidente y los poderes fácticos.
RENZO ROSAL
¿Cómo queda el Ejecutivo?
Uno de los elementos fundamentales es la gobernabilidad y eso pasa por retomar una pregunta pendiente: ¿Qué va a pasar con los organismos del Estado y con la Presidencia?
Las intenciones del presidente Jimmy Morales de querer reposicionarse, se enfrenta con realidades fuertes como los abucheos que ha recibido, en la vuelta ciclística y en un partido de futbol y el Día de los Santos, que no lo dejan bien parado.
Está claro que el presidente Morales está en un gobierno en términos ficticios, en un desgobierno. El tema vial queda más al descubierto con la vuelta ciclística.
El Congreso en crisis
En el caso del Congreso tampoco presenta un panorama halagador, sobre todo por cómo se ha tomado la designación de 15 magistrados a la Corte Suprema de Justicia, con mecanismos espurios, oscuros.
Y ahora, de la mano de la discusión del presupuesto del 2018, es su tema de agenda, su gran tema. El presupuesto y la Junta Directiva, son los temas, por ahora, para el próximo año. Aquí es donde el Ejecutivo querrá ganar adeptos en el Congreso.
Lo importante es que la ciudadanía ya no se traga la píldora. El sector empresarial parece ser el único que trata de mantener a flote al Presidente.
Qué nos deparan los próximos dos años. Este gobierno terminará con mayor crisis de viabilidad. Doing Bussines, nos cambia de puesto, y Standar&Poors nos cambia de lugar, esos son datos reales.
¿Puede levantar cabeza este gobierno?
Por un lado la suerte de tendencia de los gobiernos, es que el primer año es de aprendizaje, ahora ha sido más intenso. Se esperaba que el año dos y el año tres fueran de actividad, y el cuarto es electoral. Este gobierno no ha avanzado en nada.
La fórmula lamentable, perversa, que se está instalando en el país, es utilizar el presupuesto o los recursos públicos como el mecanismo para aceitar la maquinaria que permita una gobernabilidad artificial.
El Presidente lo puede hacer por la vía de lograr un amplio respaldo político, pero eso, por ahora está en Disneylandia.
Ya no tiene todo el reconocimiento de la Unión Europea ni de Naciones Unidas, menos ahora cuando representantes demócratas y republicamos piden al Departamento de Estado que analice las condiciones de apoyo a Guatemala.
Cambios electorales
Las posibilidades de cambiar la Ley Electoral y Partidos Políticos son cada vez menores. No es que la posibilidad esté muerta, pero el Congreso quiere mantenerse aferrado en resistencia, pero al mismo tiempo en contraataque.
Deslegitimado o no, la reforma tiene que pasar por el Congreso. Los diputados aprovechan esa ventana. Hay quienes que quieren reformas, pero cambios superficiales, sin profundidad… el otro punto es: ¿para cuándo? ¿Para 2019? cuya posibilidad es pequeñita; o se queda para las siguientes elecciones.
El Congreso está jugando con fuego, con un tema sensible pero necesario, bajo ciertas premisas.
Diputados no están interesados en cambiar
El Congreso sigue maniobrando en una cancha en la que se les ha tocado intereses, varios diputados con solicitudes de antejuicio. Que la CSJ dio con lugar antejuicio contra Arístides Crespo hace ver que ese tipo de figuras caudillistas, ahora comienzan a desaparecer.
A pesar de, el Congreso goza de las posibilidades de posicionamiento. No ha sido suficientemente golpeado. Los diputados lo está entendiendo, y muy bien. Están aprovechando esas ventanas de oportunidad, a pesar de todo. Piensan que tienen que aprovechas hasta el último minuto que estén en el cargo, antes de que los metan a la cárcel o no los reelijan.
Líderes para presidente del Congreso
Ninguno de los nombres que suenan para presidente del Congreso, ahora, uno puede pensarse que sean un cambio. Ninguno quiere cambiar:
- Javier Hernández es la versión más cínica, porque representa un especio político que no ha respondido a los intereses nacionales.
- Manuel Conde puede entenderse como el que procede de una bancada minoritaria, pero que se vende como el articulador con experiencia.
- Felipe Alejos, por agregar otro nombre, forma parte de esta Junta Directiva, y tiene una supuesta experiencia.
- En cualquier caso no estamos viendo opciones de cambio.
La palabra clave es el reposicionamiento. El Congreso tiene que reposicionarse, si quiere salvar su crisis.
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