Ginebra – El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos instó hoy a Guatemala a evitar que los crímenes cometidos por el recientemente fallecido general Efraín Ríos Montt caigan en el olvido y que sus víctimas no obtengan justicia.
“La muerte de Ríos Montt, de 91 años, no debería provocar que las autoridades no cumplan con sus obligaciones con respecto a los derechos a la verdad, a la justicia, a la reparación, a garantías y a no repetición”, afirmó la portavoz del organismo Elizabeth Throssell.
Los juicios paralelos a Ríos Montt y al exjefe de los servicios de inteligencia José Mauricio Rodríguez Sánchez acusados de genocidio contra miembros de la comunidad indígena Ixil y de crímenes contra la humanidad debían comenzar tras la Semana Santa.
“Urgimos a las autoridades guatemaltecas a que se aseguren que los juicios de los acusados de violaciones cometidas durante los 36 años de conflicto interno procedan sin ningún atraso injustificado”, afirmó Throssell.
“A pesar de los esfuerzos de las víctimas y de la sociedad civil, muy pocos procesos por graves violaciones a los derechos humanos a altas autoridades han acabado convirtiéndose en condenas”, se lamentó la portavoz.
Condenado
Recordó que Ríos Montt fue condenado en 2013 a 80 años de cárcel por genocidio y crímenes contra la humanidad, pero el proceso fue anulado por vicios formales.
“Tomó cuatro años volver a juzgarlo. Estos retrasos incrementan el riesgo de privar a las víctimas de su derecho a la Justicia, especialmente teniendo en cuenta la avanzada edad de muchas de las víctimas y de los acusados”.
Por ello, el Alto Comisionado urgió al gobierno a que legisle para evitar que los acusados abusen de la figura del amparo al usarla como una táctica de retraso.
Asimismo pidió a las autoridades que aseguren la protección de las autoridades judiciales y otras personas relacionadas con los casos, dado que han recibido amenazas.
Throssell subrayó que esperan que el nuevo fiscal general, que será elegido el próximo mes, prosiga con la lucha contra la impunidad de los crímenes cometidos en el pasado.