¿Podrá Nairo Quintana despedirse de Movistar con otro título en un Grand Tour? ¿Se completará una barrida sudamericana de las tres grandes competencias del ciclismo mundial?
Son algunas de las interrogantes al afrontarse la Vuelta a España. La carrera de 21 días arranca el sábado con una contrarreloj en Torrevieja, en la costa sureste.
Quintana, campeón de la Vuelta en 2016, disputará su última carrera con Movistar. Tanto el corredor colombiano como el equipo han dicho que se separarán el año próximo luego de ocho años, que han incluido a Quintana ganando la Vuelta, el Giro y siendo dos veces segundo en el Tour, entre otros éxitos, antes de una baja de forma en las dos últimas temporadas.
“Me siento bien y que gustaría cerrar una era de a mejor manera posible”, dijo Quintana.
Con Quintana a la cabeza, la carrera tiene un grupo de colombianos que deben ser considerados contendientes.
Si uno de ellos entra triunfante a Madrid en la última etapa el 15 de septiembre, eso completará una barrida sudamericana de los Grand Tours este año. El ecuatoriano Richard Carapaz ganó el Giro de Italia y el colombiano Egan Bernal se alzó con el Tour de Francia. Los dos no participarán en la ronda española — Carapaz se bajó a último momento por una contusión en el hombro derecho.
Los otros contendientes colombianos son Miguel Ángel López de Astana, Rigoberto Urán de EF Education First y Esteban Chaves de Michelton-Scott.
“Sería un gran orgullo ganar la Vuelta y tener una fiesta latinoamericana”, dijo Quintana.
Las ausencias de ciclistas de renombre marcan a esta Vuelta, lo que ofrece una buena oportunidad para corredores talentosos, pero menos conocidos, como Primoz Roglic, para ganar un Grand Tour.
El esloveno de 29 años, que pasó del esquí al ciclismo en 2012, brilla en las contrarreloj y ha mostrado que puede competir bien en montañas, algo que necesitará en los múltiples ascensos duros en la ronda española.
Roglic finalizó cuarto en el Tour de 2018 y fue tercero en el Giro en junio pasado, llevándose dos victorias de etapa. Deberá estar bien descansado tras no participar en el Tour este año.
“Finalizar en el podio en un Grand Tour es bueno, pero ya lo he hecho en el Giro, así que ahora quiero ganar aquí”, dijo Roglic. “Voy a tratarlo todo para ganar”.
El británico Simon Yates, ganador el año pasado, no defenderá su título. Ineos, el poderoso equipo conocido previamente como Sky, trae un grupo menos fuerte que no incluye a Bernal y Geraint Thomas. Tampoco está Chris Froome, el dos veces campeón de la Vuelta, que se recupera de una lesión.
Otros ausentes de peso son Julian Alaphilippe, Tom Dumoulin, Vincenzo Nibali y Mikel Landa.
Roglic ha asumido el papel de líder en su equipo Jumbo-Visma team, donde estará respaldado por Steven Kruijswjik, tercero este año en el Tour.
“Estoy aquí para ayudar al equipo a ganar la Vuelta, pero por supuesto que me gustaría ganarla”, dijo Kruijswjik. “Primoz es también uno de los favoritos y tendremos que ver para mediados de la Vuelta. Comenzamos con ambición de estar arriba, ser fuertes como equipo”.
Quintana mencionó a Roglic como el favorito, especialmente dada la contrarreloj individual en la 10ma etapa, cuando la carrera cruza la frontera a Francia para un tramo de 36 kilómetros de Jurancon a Pau.
“Es un ciclista completo, mejor que el resto en la contrarreloj, y con un equipo que vamos a tener que trabajar duro para frenar”, dijo Quintana de Roglic. “La contrarreloj es larga, pero tendremos que hacer nuestro mejor esfuerzo”.
El campeón mundial Alejandro Valverde será el colíder de Movistar. El español de 39 años ganó la Vuelta hace un decenio y no puede ser descartado.
Aparte de la contrarreloj, la carrera, como es usual, se decidirá en las montañas del norte.
Luego de su arranque en la costa este, la carrera llega a los Pirineos en Andorra en la novena etapa. Los ciclistas enfrentarán cinco ascensos de montaña en el corto tramo de 94 kilómetros (58 millas), que casi seguramente diezmará el pelotón.
Las etapas 13, 15 y 16 son también difíciles ascensos que educirán el grupo de contendientes antes de una semana final en las escarpadas laderas del centro de España.