En medio de la emergencia sanitaria que enfrenta México, presuntos integrantes del Cártel del Golfo entregaron despensas a familias de escasos recursos en algunas colonias de Ciudad Victoria, Tamaulipas.
La fotografías difundidas en redes sociales muestran las cajas con el estampado “Cártel del Golfo en apoyo a CD. Victoria. Señor 46 Vaquero”. Todas contienen en su interior víveres como galletas, aceite, sopas, cereal, atunes, azúcar, maseca, café y leche.
En algunas publicaciones se observan al menos cien cajas apiladas en lo que parece ser la parte trasera de una camioneta con remolque de tres y media toneladas.
Los productos de la canasta básica fueron entregados por supuestos integrantes del Cartel del Golfo, al mando de “El Vaquero”.
No es la primera vez
De acuerdo con la información del Blog del Narco, mientras se repartían las despensas se les decía a los ciudadanos: “Cártel del Golfo para que tengan conocimiento y sepan de dónde viene, para que no piensen que es del DIF o de otra empresa”.
Aunque el Cártel del Golfo fue uno de los grupos criminales más poderosos y antiguos de México, las batallas con sus rivales, y el ascenso de Los Zetas, debilitaron su influencia en el hampa del país.
Los orígenes del CDG se remontan a 1984 cuando Juan García Abrego asumió el control del negocio del narcotráfico de su tío, que para entonces consistía en un pequeño negocio de marihuana y heroína.
García negoció un acuerdo con el Cártel de Cali, una gigantesca estructura colombiana que estaba buscando nuevas rutas de ingreso al mercado de EEUU, tras verse afectada por la ofensiva norteamericana contra sus rutas caribeñas.
Así, el mexicano se ocuparía de los envíos de cocaína a través de la frontera mexicana, asumiendo todos los riesgos, con lo que se quedaría cerca de un 50 por ciento de las ganancias.
En 1996, la organización narcotraficante ya había construidos una red de distribución de gran alcance en Estados Unidos, de Houston a Atlanta, y de Nueva York a Los Ángeles.
La caída del imperio de García sucedió cuando su heredero, Osiel Cárdenas Guillén, líder de Los Zetas, desarrolló un ala militar del Cártel del Golfo, y reclutó al menos 31 exsoldados de las Fuerzas Especiales de México para actuar como agentes de seguridad, pagándoles hasta tres veces más su salario anterior.