Carlo Acutis es el primer beato millenial, nativo digital. En una ceremonia solemne en Asís, centro de Italia, la iglesia católica beatifica este sábado al joven italiano. El cardenal Agostino Vallini preside la celebración.
Carlo Acutis, un genio de la informática, se convierte en el primer “influencer” en temas religiosos que llega a los altares. Murió a los 15 años, de leucemia, el 12 de octubre de 2006.
Su cuerpo se conserva aún “íntegro” con sus jeans y zapatos deportivos. Es considerado por el papa Francisco un joven “brillante” y “creativo”, un ejemplo para las nuevas generaciones.
“Es cierto que el mundo digital puede exponerte al riesgo de retraimiento, aislamiento o placer vacío. Pero no olviden que hay jóvenes que también son creativos, y a veces brillantes, en este ambiente”, escribió el papa Francisco, dando como ejemplo a Carlo Acutis.
El portal oficial de la Santa Sede, Vatican News, describe al joven como “un chico normal, guapo y popular”, una suerte de “payaso natural” que hacía reír a sus compañeros de clase y a los profesores.
Carlo Acutis: el beato de nuestros tiempos
El joven beato, al que le encantaba jugar al fútbol, los videojuegos, la Nutella y los helados, dedicó buena parte de su vida al catecismo virtual y a la creación de redes cibernéticas para poner en contacto a más de 10.000 parroquias.
Sus escritos online, con contenidos religiosos, inspiraron inclusive al papa argentino que en un texto instó a los jóvenes a evitar considerar a Dios como a “un disco duro”.
Nacido en Londres en 1991, Carlo Acutis murió en Monza (región de Milán) el 12 de octubre de 2006.
Fue declarado “venerable” el 5 de julio de 2018 y casi un año después sus restos fueron trasladados a Asís.
La iglesia reconoció que intercedió en un milagro, la recuperación inexplicable en 2013 de un niño brasileño, lo que le abrió el camino a la beatificación, primer paso para convertirse en santo, para lo cual se necesitan dos milagros.
Fanático de internet y motivado por una fe intensa, el joven había creado una página sobre la fe y los milagros eucarísticos.
Su madre, Antonia Salzano, contó al portal del Vaticano que el joven “con una computadora relativamente obsoleta, logró llegar a miles de personas en todos los continentes” gracias a su personalidad y a la manera de comunicar su fe.