Hace un año, en abril de 2020, parecía terminar todo para Pink luego tras dar positivo al COVID-19 y presentar síntomas muy fuertes, al igual que su hijo Jamenson de 4 años.
La cantante decidió compartir su testimonio para crear conciencia en las personas, pues llegó a temer por su vida y la de su pequeño.
“Jameson y yo estábamos realmente muy enfermos y pensé que, para nosotros dos, todo había terminado”, contó durante una entrevista a la emisora de radio Heart.
https://twitter.com/Pink/status/1372688706520244224
Ella relató lo devastadores que fueron los síntomas tras levantarse por las noches sin poder respirar (padece asma) y sin su inhibidor, mientras su hijo atravesaba la misma situación con diarrea, fiebres, dolores de pecho, garganta y cabeza.
Contó que sintió tanto miedo por su vida que decidió reescribir su testamento y reconoció que se enfrentó a uno de los más grandes desafíos como madre.
“Me empecé a asustar muchísimo y reescribí mi testamento (…) Este ha sido el mayor de los desafíos como madre. Tanto física como psicológicamente. Acabas pensando: ¿Qué le dejo a mis hijos? ¿Qué les estoy enseñando? ¿Van a triunfar en este mundo?”, contó.
Tiene dos hijos: Jameson y Willow de 9 años, frutos de su matrimonio desde 2006 con el expiloto profesional de motocross Carey Hart.
El miedo a dejar a sus hijos solos la llevó a pensar en dejarle un mensaje a su hija, por lo que llamó a su mejor amiga y le dijo: “Solo necesito que le digas a mi niña cuánto la quiero”.
Pink escribe canción
La situación no solo le sirvió para valorar la vida y su familia, sino también para inspirarse en un nuevo tema dedicado a las últimas palabras de un padre a un hijo.
“Este mundo tan loco en el que vivimos ahora, ¿qué necesito decirles si esta es la última vez que puedo decirles algo? Pensando así nació la canción”, mencionó.
Tras superar el coronavirus, Pink donó medio millón de dólares al Hospital de la Universidad de Temple, en Filadelfia, así como otra cantidad cuantiosa al Fondo de Crisis de Emergencia de Los Ángeles.