La atleta Marisa Méndez estuvo cerca de morir después de haber sufrido una dura caída, sin embargo, eso no le impidió luchar por sus sueños y cada vez que se sube a una bicicleta se de muestra así misma que las mujeres son capaces de hacer grandes cosas, un sentimiento que ahora transmite a sus pequeños alumnos.
Marisa es una de las pocas mujeres en Guatemala que compite en bicicrós o BMX, y a lo largo de sus 10 años de carrera ha portado los colores azul y blanco en varias competencias en México, Costa Rica, El Salvador y Colombia.
Pero su pasión por el BMX ha ido más allá, ahora tiene una academia, de la que espera, salgan las próximas campeonas y campeones del bicicrós en nuestro país.
¿Por qué elegiste el bicicrós?
Llevo en este deporte más de 10 años, comencé a los 5 porque quería hacer lo que hacían mis hermanos, por eso me inicié en el bicicrós y ahora represento a Guatemala.
Eres una de las pocas mujeres que representa a Guatemala en esta disciplina…
Sigue siendo una lucha el que más mujeres practiquen este deporte, pero me siento orgullosa de representar a Guatemala.
¿Qué es lo más difícil de practicar este deporte?
Los entrenamientos, porque son muy intensos, pero uno se va adaptando conforme va aprendiendo y se va mejorando el nivel.
¿Cuál ha sido tu experiencia más dura en el BMX?
Fue una caída, la más fuerte que he sufrido. Ocurrió en 2014 cuando empecé a competir a nivel profesional. Fui a México y en una de las carreras sufrí una fuerte caída y me lastimé la cabeza, me tuvieron que inducir al coma, estuve en ese estado dos días, se me inflamó la mitad del cerebro. Sin embargo la recuperación fue bastante rápida y gracias a Dios aquí estoy.
No desististe a pesar del peligro…
Me costó mucho volver a la pista, pero este deporte siempre me ha apasionado. Y una de las ventajas es que no tengo recuerdos de esa caía y eso fue una ventaja para poder regresar.
¿Cuál es tu mayor logro?
Haber conseguido una histórica medalla para Guatemala en el BMX femenino en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, en Barranquilla, Colombia. Fue una de las experiencias más importantes de mi vida, fue un tercer lugar, en 2018, es una emoción que nunca se me quitará y lo digo con mucho orgullo.
¿Qué te ha mantenido firme en busca de tus objetivos?
Cuando uno toma una carrera lo más importante es tener disciplina, eso te ayuda a continuar, a alcanzar tus metas y mantener los objetivos claros. He tenido muchas caídas y de todas he aprendido.
¿Cuál valor es el que más practicas en este deporte?
La unión, ahora tengo la oportunidad de ser coach, tengo mi propia academia y eso me ha recordado algo que a veces dejamos de hacer y es compartir con la gente, eso me mantiene motivada a dar más en mi academia.
¿Y cuántos alumnos tienes?
Entre 45 y 50 en edades desde los 2 hasta los 16 años y en todas las categorías he tenido alumnos que han ganado campeonatos nacionales. Estoy muy agradecida con mi trabajo, le pongo mucho amor a lo que hago. Entre mis alumnos hay 10 niñas que serán el futuro de Guatemala en este deporte, espero que sean las nuevas campeonas.
¿Cómo ves el futuro del bicicrós femenino?
Tenemos la esperanza de que las academias crezcan y que las chicas se animen con el mismo valor que un hombre. Somos muy fuertes y tenemos habilidad para practicar este deporte. Me gusta dar buenos resultados para motivar a mis alumnos a ser mejores.
¿Tienes alguna competencia próxima?
Tendremos algunos eventos nacionales e internacionales, pero las fechas están pendientes.
¿Y cuentas con patrocinadores?
Recientemente me nombraron embajadora de Gshock Guatemala, es una marca de relojes muy reconocida y me da orgullo ser apoyada por ellos, es una gran oportunidad. Son relojes que se adaptan a deportes extremos.