El frágil estado de salud del papa Francisco, motivo por el cual tuvo que aplazar su viaje a África, alimenta los rumores sobre una posible dimisión. Su visita a República Democrática del Congo y a Sudán del Sur, prevista para inicios de julio, fue postergada indefinidamente, y muchos se preguntan si el Papa faltará también a su viaje a Canadá, programado para finales de ese mes, tras vérsele haciendo muecas de dolor durante algunas apariciones públicas.
Desde principios de mayo, el papa Francisco, de 85 años de edad, ha tenido que utilizar una silla de ruedas o un bastón, debilitado por un fuerte dolor en su rodilla derecha. Para aliviarlo, recibe regularmente inyecciones y sesiones de fisioterapia, según el Vaticano, que mantiene un perfil bajo sobre su salud.
El tratamiento “sigue su curso y está dando sus frutos”, asegura una fuente del Vaticano. Sin embargo, estos raros cambios de última hora en la agenda de la Santa Sede han reavivado las preocupaciones sobre la capacidad del pontífice para gobernar y han despertado los rumores de una dimisión.
Jesús conoce nuestras fortalezas y nuestras debilidades, y está siempre preparado para cuidar de nosotros, para sanar las llagas de nuestros errores con la abundancia de su gracia.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) June 17, 2022
Esta teoría “regresa de manera cíclica”, analiza el vaticanista italiano Marco Politi, autor del libro “Francisco, la peste y el Renacimiento”. “Estos rumores son alimentadas por los adversarios del Papa que solo quieren ver la salida de Francisco”, señala. En 2014, el propio pontífice contribuyó a alimentar la hipótesis, al considerar que Benedicto XVI había “abierto una puerta” al renunciar a su cargo.
¿Inminente salida?
En septiembre de 2021, Francisco, que sigue recibiendo a responsables políticos o religiosos cada mañana, había ironizado sobre los rumores. Aún estoy “vivo aunque algunos quieren mi muerte”, dijo en ese momento. Pero tres eventos avivan los rumores, entre ellos el consistorio del 27 de agosto, que designará a nuevos cardenales, incluyendo a los futuros electores en caso de cónclave, un momento muy inusual para este evento.
A continuación, el Papa reunirá a los cardenales del mundo en Roma y visitará la tumba de Celestino V, el primer pontífice que dimitió en el siglo XIII, en L’Aquila. Esta conjunción sin precedentes intriga a la prensa italiana e internacional y algunos lo ven como una oportunidad para que el Papa anuncie su decisión.
Pero “por ahora, se trata de ser realista y no alarmista”, matiza Politi. Según él, este encuentro podría ser también un simple “momento de discusión general sobre la reforma de la Curia”, el gobierno del Vaticano, oficializada por la entrada en vigor de una nueva “Constitución” a principios de junio.
Otro tema central para Francisco es el Sínodo Mundial de Obispos, una amplia consulta sobre la organización de la Iglesia que finalizará en 2023. Este evento “es casi un miniconcilio: así que parece difícil imaginar que el Papa quiera dejar a medias este gran proyecto que él mismo ha decidido”, dice Politi, que también señala la dificultad de tener tres papas en el Vaticano.
*Con información de AFP