“El ángel de la muerte” está basada en hechos reales. La cinta ha hecho recordar a muchos espectadores la serie de Jeffrey Dahmer, por lo que si eres amante de las producciones de asesinos seriales no puede dejar de verla.
Esta película basada en hechos reales sigue la historia de Charles Cullen, un enfermero que confesó haber matado más de 40 pacientes, esto luego de varias sospechas por parte de una enfermera quien decidió poner su propia vida en riesgo para descubrir la verdad.
Esta película hará cuestionar a los espectadores sobre el detrás de la vida de las personas y la maldad que puede existir en ellos con tal de satisfacer extraños placeres.
Charles Cullen, interpretado por el ganador del Oscar, Eddie Redmayne, trabajaba en el área de cuidados críticos donde se volvió muy amigo de Amy Loughren (Jessica Chastain), una enfermera que tenía problemas cardíacos. Amy se convirtió en una pieza clave para que Charlie fuera a prisión. Ella se había dado cuenta que su compañero tenía acceso a diversas sustancias en el sistema del hospital y que las inyectaba al suero fisiológico, ocasionando la muerte de los pacientes.
En la vida real
Charles Cullen trabajó como enfermero desde 1998 al 2003 en varios hospitales de Nueva Jersey y Pensilvania, hasta que llegó al Centro Médico de Somerset, en donde conoció a Amy. Oficialmente, se le ha hecho responsable de 29 muertes pero se estima que el número real podría ser de 4000 personas que atendió en hospitales y casas de reposo.
Cullen utilizaba insulina y diagoxina para hacer sus actos criminales. Inyectaba estas sustancias al suero que les ponían a los pacientes y una vez que el suero llega al torrente sanguíneo, los pacientes fallecían.
“Pensé que la gente ya no estaba sufriendo. Entonces, en cierto sentido, pensé que estaba ayudando”, comentó Cullen en una ocasión. “No hay justificación. Creo que lo único que puedo decir es que me sentí abrumado en ese momento. Fue más o menos lo que sentí que tenía que hacer. Es difícil para mí retroceder en el tiempo y pensar en las cosas que pasaban por mi mente en ese momento”, añadió.
Charles fue sentenciado en 2006 a 11 cadenas perpetuas consecutivas, lo que equivaldría a 397 años en prisión. Pudo evitar la muerte debido a su disposición para cooperar con las autoridades.
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