Desde el 1 de diciembre, los comerciantes de la Feria Navideña de la Roosevelt, en zona 11 capitalina, se han dedicado a la venta de distintos artículos para la elaboración de nacimientos. Ofrecen ranchos, aserrín, árboles de ciprés, series de luces y artesanías de yeso de distintos tamaños y precios.
Los vendedores mantienen la esperanza de que, con el paso de los días y estando más cerca la Navidad, más personas se acerquen a comprar, pues señalan que las ventas han disminuido en este 2023.
Este es el segundo año en el que instalaron sus ventas sobre la acera en la 9ª avenida de la referida zona debido a que nuevamente no obtuvieron el permiso en el lugar donde se realizaba la feria anteriormente.
Árboles para alegrar las fiestas navideñas de los guatemaltecos
Santos López tiene 34 años de dedicarse a la fabricación de árboles de ciprés y pino. Se levanta todos los días a las 4:30 de la mañana y es originario de la aldea Chirijuyú, en Tecpán Guatemala, Chimaltenango. Según le compartió a Emisoras Unidas, viaja todos los años a la Ciudad de Guatemala a partir de diciembre para comercializar sus productos.
“La venta ha bajado bastante, pero esperamos que las personas nos apoyen, ya que necesitamos llevar alimentos a nuestras casas”, señaló.
Compartió que el poco espacio que las personas tienen para transitar por el lugar y el clima han sido algunas de las dificultades que se han observado.
Con respecto a sus actividades diarias, señaló que, además de continuar con la elaboración de los árboles, en su puesto de trabajo, al igual que otros comerciantes, mantiene estufa y colchoneta para pasar la noche y cuidar su negocio.
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Una vida de trabajo y tradición familiar
La Feria Navideña de la Roosevelt inició hace casi setenta años y, según vendedores, el trabajo ha sido una herencia que ha pasado de generación en generación.
Juan Bautista Simón Cumes, originario de San Juan Comalapa, Chimaltenango, aprendió a construir ranchos, faroles y sillas de madera. Su papá era Valeriano Simón, a quien todos llamaban “el abuelo de la feria”, ya que fue uno de los primeros en formar parte de este proyecto, y falleció en el 2021.
“Nosotros continuamos en honor a lo que ellos empezaron” indicó Cumes.
Por otro lado, Jefferson Oliva, de San Miguel Petapa, Guatemala, trabaja junto a su esposa e hija en la venta de artesanías con yeso cerámico y marfil. Ofrecen figuras de camellos, burros, pozos, pastores, misterios, entre otros. Los precios oscilan entre Q5 y Q200, dependiendo el tamaño del producto.
“La verdad ha sido un trabajo muy costoso y difícil. Desde pequeño yo entregaba con mi mamá y a ella le debo sus enseñanzas”, finalizó el entrevistado.
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* Con información de Edwin Bercián, Emisoras Unidas.