Organizaciones regionales y defensores de derechos humanos lanzaron en Tegucigalpa un proyecto para impulsar la “resiliencia y la justicia” climática en El Salvador, Honduras y Guatemala, el conocido Triángulo Norte de Centroamérica.
Se trata del proyecto Aporto que busca generar conocimiento y fortalecer las capacidades de comunidades, activistas climáticos y defensores del ambiente, la tierra y el territorio para mitigar los impactos de la crisis climática.
La iniciativa fue presentada por la organización Red de Desarrollo Sostenible Honduras, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales Guatemala y la Fundación Comunicándonos de El Salvador, con apoyo del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo de Canadá.
El proyecto busca “escuchar las voces y conocimientos” de las comunidades para formular políticas orientadas a alcanzar un desarrollo “más resiliente, justo y equitativo”, dijo a EFE el director regional de Aporto, Wilmer Reyes.
Señaló que el Triángulo Norte es una de las regiones más afectadas por los efectos del cambio climático, los cuales se ven agravados por factores ambientales locales, como la deforestación, pese a que esos países son responsables de tan solo el 0,5 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, según organismos internacionales.
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Reyes indicó que el proyecto trabajará con defensores del ambiente, la tierra y el territorio, porque ellos son los que están “expuestos, sufren los embates del cambio climático” y, además, son víctimas de “discriminación y muerte”.
“Vamos a empoderar (a los defensores del ambiente) para que su voz sea escuchada en otro contexto, de una manera más fuerte, de una manera más contundente y una narrativa más sólida”, enfatizó.
Alrededor de 300 ambientalistas han muerto de forma violenta en la última década en el Triángulo Norte de Centroamérica, una región donde 1 mil 200 activistas han sido criminalizados, según cifras de organizaciones regionales.
Más resiliencia frente a crisis climática
El director del proyecto Aporto destacó que el cambio climático es un “problema que no vamos a detener”, por lo que es necesario trabajar con las comunidades para que sean “más resilientes”.
“Eso implica no solo el desarrollo de habilidades y capacidades en general, sino también capacidad de trabajar en equipo, capacidad de movilizarse, de conectarse para que el conocimiento colectivo pueda aportar mejores elementos para una Centroamérica más resiliente”, apostilló Reyes.
Por su parte, el consejero de la Embajada de Canadá en Honduras, Pascal Médieu, indicó que su país ha adoptado una política de asistencia internacional orientada a erradicar la pobreza y construir un mundo “más pacífico, inclusivo y próspero”.
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Destacó que Canadá mantiene su compromiso de apoyar a Honduras en la gobernanza inclusiva y la acción climática, y señaló que la región centroamericana sufre “una mezcla de amenazas, exposición y vulnerabilidad climática” que afectan de forma “más intensa” a los grupos más vulnerables.
“También encontramos falta de mecanismos de protección de los derechos humanos, de defensores, campesinos y ambientales, y la ausencia de espacios efectivos de acción, diálogo y abogacía para estos actores que son sumamente importantes para la defensa y protección de dichos recursos”, enfatizó Médieu.
Dijo además que espera que el proyecto Aporto permita alcanzar “una mayor resiliencia y justicia climática” para mejorar el desarrollo humano en Centroamérica.
* Con información de la agencia de noticias EFE.