Fue 3-6, pero el Liverpool pudo haber perfectamente infligido cuatro o cinco goles más a un Tottenham Hotspur en la lona y al que ni las lesiones sirven como excusa para un partido tétrico ante, a priori, uno de sus rivales en esta Premier League.
A priori, porque está claro que el Liverpool juega en otra liga. Que es el mejor equipo del continente y del mundo y que solo un descalabro en la segunda vuelta podría provocar que se les escapase la segunda Premier en tres décadas.
Mohamed Salah
En estos momentos, el Liverpool no solo tienen a un equipo más que hecho, también tienen en sus filas al mejor jugador del mundo, un Mohamed Salah que marcó dos y dio uno, que es el primer jugador en la historia de la Premier en llegar a navidad con al menos diez goles y diez asistencias y que ya es el cuarto máximo anotador de la historia del Liverpool. Con sus 229 tantos superó a Billy Liddell y solo tiene por delante a Gordon Hodgson (241), Roger Hunt (285) e Ian Rush (346).
El egipcio, sin embargo, tardó en unirse a la fiesta. Tuvo que ver cuatro goles antes de que llegaran los suyos.
Con apenas un pelotazo de Alexander-Arnold, Salah le fabricó el 1-3 a Szoboszlai. Prolongó de cabeza, se la devolvió el húngaro y el egipcio condujo hasta la medialuna donde, con un pase, desdibujó a los dos centrales y permitió que Szoboszlai marcara ante Fraser Forster, un portero que ha demostrado que no está a la altura de su puesto.
Con esta amplia ventaja, la segunda parte sirvió para que Salah completara su exhibición con goles. Aprovechó un balón muerto que no pudo empujar Szoboszlai para el 1-4 y metió la manita en otra jugada para sacar las vergüenzas de la defensa 'Spurs'.
Este Liverpool tiene ya 39 puntos, cuatro más que el Chelsea, que pinchó contra el Everton, y con un partido por jugar. El Tottenham llegará a navidades en undécima posición, con 23 unidades, a ocho del objetivo que es meterse en la Champions. Postecoglou tiene más presión que nunca.