Después de casi tres décadas al mando, Gregg Popovich, una de las leyendas más influyentes en la historia del baloncesto, ha decidido poner fin a su etapa como entrenador de los San Antonio Spurs. El técnico, de 76 años, anunció este viernes su retiro del banquillo tras 29 temporadas, dejando una huella imborrable en la NBA. Aunque seguirá vinculado a la franquicia como presidente de operaciones deportivas, su salida marca el fin de una era para la organización texana y para el baloncesto en general.
Popovich se convirtió en sinónimo de éxito, liderazgo y lealtad. Bajo su dirección, los Spurs conquistaron cinco campeonatos (1999, 2003, 2005, 2007 y 2014), consolidándose como una de las franquicias más respetadas de la liga. Su filosofía de juego, basada en el trabajo en equipo, la defensa férrea y la disciplina táctica, transformó por completo la identidad del equipo. A lo largo de los años, supo moldear figuras de talla mundial como Tim Duncan, Manu Ginóbili, Tony Parker, David Robinson y Kawhi Leonard, forjando un legado que trasciende los títulos.
Gregg Popovich, un entrenador legendario
En noviembre pasado, Popovich sufrió un derrame cerebral que lo obligó a apartarse del banquillo de manera indefinida. Aunque se encontraba en proceso de recuperación, finalmente decidió no retomar sus funciones como entrenador. "Aunque mi amor y pasión por el baloncesto siguen intactos, he decidido que es momento de dejar el cargo de entrenador", expresó en un comunicado. Desde entonces, el asistente Mitch Johnson ha asumido de forma interina la conducción del equipo.
El récord de Popovich es monumental: 1.422 victorias en temporada regular, la mayor cifra en la historia de la NBA para un entrenador. Su influencia también se extendió al ámbito internacional, dirigiendo a la selección de Estados Unidos y logrando la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Tokio. Más allá de los números, su legado está en la formación de jugadores, la gestión del vestuario y la ética que inculcó dentro y fuera de la cancha.
A pesar de su retiro del banquillo, Popovich continuará moldeando el futuro de la franquicia, especialmente con la llegada del joven prodigio francés Victor Wembanyama, a quien se le considera una de las mayores promesas del baloncesto mundial. El fin de su carrera como entrenador no es un adiós definitivo, sino una transición hacia una nueva etapa en la que seguirá guiando a los Spurs desde otra posición. El baloncesto le debe mucho a Gregg Popovich, un estratega brillante que transformó la NBA con su sabiduría, humanidad y visión.
