El exfutbolista brasileño Robinho, quien brilló en clubes como Real Madrid, Manchester City y AC Milan, sufrió un nuevo revés judicial tras el rechazo del Tribunal de Justicia de São Paulo a su solicitud para reducir su condena de nueve años de prisión. La defensa del exjugador había presentado una petición basada en un curso de 600 horas de electrónica básica que Robinho completó mientras cumple su condena en la Penitenciaría Dr. José Augusto César Salgado P2 de Tremembé, conocida como "la cárcel de los famosos". Pese a que la legislación brasileña permite disminuir un día de pena por cada 12 horas de actividad educativa, el tribunal negó la reducción de 50 días solicitada, considerando que no se cumplían los requisitos establecidos.
La condena de Robinho fue dictada originalmente por un tribunal italiano en 2017 por su participación en una violación grupal cometida en 2013 contra una joven albanesa de 22 años en una discoteca de Milán. En 2023, el Superior Tribunal de Justicia de Brasil homologó la sentencia para que se cumpliera en territorio brasileño, dado que la Constitución del país impide la extradición de sus ciudadanos. Desde entonces, Robinho, de 41 años, se encuentra recluido y ha intentado sin éxito mejorar sus condiciones penitenciarias mediante su participación en actividades educativas y laborales dentro del penal.

Robinho seguirá varios años más en prisión
Durante su estancia en prisión, Robinho ha sido descrito como un interno ejemplar. Comparte una celda de ocho metros cuadrados con otro recluso y pasa sus días realizando reparaciones de radios y televisores, cuidando jardines, asistiendo a un club de lectura y jugando al fútbol con otros internos. A pesar de su buena conducta, las visitas están limitadas a sus familiares más cercanos y no recibió autorización para salir durante las festividades navideñas. Su hijo mayor, Robson Jr., es quien lo visita con mayor frecuencia, llevándole artículos personales y libros.
El caso de Robinho ha causado un fuerte impacto en la opinión pública, especialmente en Brasil, donde su intento de regresar al Santos en 2020 fue cancelado por la presión de aficionados y patrocinadores. Actualmente, su defensa ha presentado una nueva solicitud ante el Superior Tribunal de Justicia, alegando que la pena impuesta no fue debidamente adaptada a las diferencias entre las leyes de Italia y Brasil. Mientras se espera una nueva resolución judicial, el exfutbolista enfrenta un futuro incierto, lejos de las canchas y marcado por un escándalo que ha opacado su carrera deportiva.