La Asociación de Fútbol de Cuba (AFC) informó este martes que el portero titular de la selección nacional, Raiko Arozarena, no disputará el partido ante Bermudas correspondiente a las eliminatorias mundialistas de la Concacaf. El encuentro, previsto en Santiago de Cuba, se celebrará sin la presencia del arquero, quien decidió no viajar por temor a que las nuevas restricciones migratorias de Estados Unidos afecten su posibilidad de reingreso al país donde reside y juega a nivel de clubes.
Según el comunicado emitido por la AFC y publicado en el sitio deportivo oficial Jit, Arozarena manifestó su preocupación por las recientes medidas adoptadas por el gobierno estadounidense, las cuales restringen la entrada al país desde Cuba y otras naciones. Estas regulaciones, implementadas por la administración del presidente Donald Trump, forman parte de una agenda migratoria más estricta y se justifican bajo argumentos de seguridad nacional. El guardameta considera que arriesgarse a regresar a la isla podría perjudicar seriamente su carrera profesional.
Incertidumbre en la Selección de Cuba
La noticia fue dada a conocer antes del viaje programado desde Antigua y Barbuda hacia Santiago de Cuba, sede del crucial enfrentamiento ante Bermudas. Este partido representa la última jornada de la segunda ronda de las eliminatorias y la oportunidad para que Cuba asegure su pase a la siguiente fase, luego de una victoria como visitante por 0-1 frente a Antigua y Barbuda. La ausencia de Arozarena se presenta como un revés importante para el equipo, que buscará hacer historia en el estadio Antonio Maceo.
Cuba no alcanza las fases finales de las eliminatorias de Concacaf desde el año 1982, por lo que el compromiso ante Bermudas será clave para mantener viva la esperanza de volver a una Copa del Mundo. En este contexto, la baja del portero añade un ingrediente de incertidumbre, tanto deportiva como política, pues refleja cómo las tensiones entre La Habana y Washington afectan directamente el ámbito deportivo.
La AFC lamentó que, pese a que las disposiciones estadounidenses contemplan excepciones para residentes permanentes, el clima de inseguridad jurídica y presión social influya en decisiones como la de Arozarena. En su declaración oficial, la federación enfatizó que este tipo de medidas no solo obstaculizan la movilidad de los atletas cubanos, sino que también atentan contra el desarrollo del deporte en general. La situación pone de manifiesto una vez más el delicado equilibrio entre la política exterior de EE.UU. y las aspiraciones deportivas de los países caribeños.



