El fútbol francés vive uno de los momentos más impactantes de su historia reciente tras confirmarse el descenso administrativo del Olympique de Lyon a la segunda división. El histórico club, siete veces campeón consecutivo de la Ligue 1 entre 2002 y 2008, ha sido sancionado por la Dirección Nacional de Control de Gestión (DNCG), el organismo financiero de la liga francesa, por incumplimientos financieros graves. La resolución fue ratificada este martes tras una reunión de más de dos horas entre representantes del club y el propietario John Textor, cuyas alegaciones no fueron suficientes para revertir la decisión tomada inicialmente en noviembre de 2024.
La DNCG ya había advertido al club el año pasado, imponiéndole restricciones severas como la prohibición de fichar jugadores hasta junio y la obligación de reunir 175 millones de euros para estabilizar sus cuentas. La no clasificación a competiciones europeas, sumada a un modelo financiero insostenible y gestiones fallidas por parte de la propiedad estadounidense encabezada por Textor, han desembocado en una crisis de gran magnitud. Aunque el propio Textor se mostró optimista a la salida de la audiencia en la sede de la LFP en París, el veredicto final ha sido lapidario para los intereses del club lionés.
Lyon puede apelar
Fundado en 1950, el Olympique de Lyon es uno de los clubes más laureados de Francia. Además de sus siete títulos de liga, cuenta con cinco Copas de Francia, una Copa de la Liga, ocho Supercopas francesas y una destacada participación en competiciones europeas, incluyendo una semifinal en la Champions League 2019-2020. Durante las primeras décadas del siglo XXI, fue sinónimo de estabilidad, talento y cantera, albergando a estrellas como Juninho Pernambucano, Karim Benzema, Hatem Ben Arfa, Hugo Lloris y Alexandre Lacazette. Su caída, por tanto, representa no solo un duro golpe para sus aficionados, sino también una pérdida para la élite del fútbol europeo.
El club tiene ahora la opción de apelar la decisión, pero el tiempo corre y las posibilidades parecen cada vez más escasas. De confirmarse su descenso a la Ligue 2, el Olympique de Lyon enfrentaría una reconstrucción compleja tanto en lo deportivo como en lo institucional. Este terremoto administrativo marca un antes y un después en la historia del fútbol francés y deja al descubierto las consecuencias de una mala gestión económica, incluso en las instituciones más prestigiosas del deporte.