El Gobierno británico ha dado luz verde a una reforma trascendental en el fútbol inglés, al aprobar la creación de un regulador independiente que supervise las cinco divisiones del balompié nacional. Esta iniciativa busca garantizar la sostenibilidad y transparencia económica de los clubes, así como proteger la integridad del deporte frente a intereses externos y decisiones polémicas. La propuesta fue respaldada de manera contundente en la Cámara de los Comunes, donde 415 diputados votaron a favor y 98 en contra, marcando un hito en la gestión del fútbol en el Reino Unido.
La figura del nuevo regulador operará de forma independiente tanto del Gobierno como de las autoridades futbolísticas tradicionales, como la Premier League y la Federación Inglesa. Su principal objetivo será velar por la estabilidad financiera de los clubes y proteger a las instituciones deportivas de decisiones que pongan en riesgo su continuidad. Este paso representa una respuesta directa a los acontecimientos vividos en 2021, cuando seis equipos ingleses intentaron participar en la fallida Superliga europea, desatando una ola de protestas por parte de los aficionados.
Cambios importantes en el futbol inglés
La reforma había sido planteada desde hace más de tres años, pero su consolidación se vio afectada por el cambio de Gobierno en julio de 2024, lo que obligó a reanudar el proceso legislativo tras la victoria del Partido Laborista. Finalmente, la nueva mayoría parlamentaria ha permitido su aprobación, cumpliendo así una de las promesas clave relacionadas con la democratización y protección del deporte nacional. Lisa Nandy, secretaria de Cultura y Deporte, celebró el resultado al declarar: "Estoy orgullosa de formar parte del equipo ganador que ha logrado que nuestros aficionados estén de vuelta en el campo y en el corazón del juego, donde pertenecen".
La aprobación de esta ley es vista como un triunfo de la voz popular y una muestra de que el fútbol puede ser reformado para poner los intereses de los hinchas por encima de los de las élites empresariales. Con esta nueva regulación, el Reino Unido se convierte en uno de los primeros países europeos en establecer un marco legal con supervisión independiente para su sistema futbolístico, abriendo la puerta a un modelo más justo, transparente y centrado en la comunidad.



