El Manchester United ha sumado un nuevo episodio de vergüenza en su historia reciente tras quedar eliminado en tanda de penales (12-11) en los dieciseisavos de final de la EFL Cup a manos del Grimsby Town, un modesto club de la League Two, cuarta división del fútbol inglés. Los ‘Red Devils’ mostraron una pobre versión en el campo, incapaces de imponer su jerarquía frente a un rival con muchos menos recursos, lo que desató la indignación de sus aficionados y volvió a encender las críticas hacia el proyecto deportivo del club.
Este tropiezo se suma al mal arranque de temporada bajo la dirección técnica de Ruben Amorim. En las dos primeras jornadas de la Premier League, el United apenas ha cosechado un punto, tras empatar ante el Fulham el pasado fin de semana, lo que ya empezaba a generar dudas sobre la solidez del equipo. La eliminación en la copa doméstica, considerada una oportunidad para pelear por un título menor, ha terminado por aumentar la presión sobre el entrenador portugués.
Manchester United suma un nuevo fracaso
Desde la salida de Sir Alex Ferguson en 2013, el club más exitoso de Manchester no ha logrado recuperar la estabilidad. En 12 años han pasado diez entrenadores distintos, entre ellos interinos como Ryan Giggs, Michael Carrick y Ruud van Nistelrooy, sin que ninguno consiguiera consolidar un proyecto a largo plazo. Solo José Mourinho y Erik Ten Hag lograron levantar títulos en esta etapa, pero sus éxitos resultaron efímeros ante la falta de continuidad y planificación en la institución.
Con este panorama, el Manchester United afronta una temporada especialmente complicada. Sin participación en competiciones europeas, tras la debacle del curso anterior en el que incluso rozaron el descenso en la Premier League, los de Old Trafford únicamente tienen como objetivos la liga doméstica y la FA Cup. Sin embargo, el inicio dubitativo y la falta de rumbo futbolístico hacen temer que los problemas persistan, dejando a uno de los clubes más grandes de Inglaterra sumido en la incertidumbre.
