Novak Djokovic, uno de los tenistas más grandes de todos los tiempos, ha decidido poner fin a su vida en Serbia y trasladarse de manera permanente a Atenas, Grecia. Esta mudanza no es solo un cambio de residencia, sino también una respuesta a la creciente presión política y mediática que enfrentó en su país natal. En los últimos meses, medios afines al presidente serbio, Aleksandar Vucic, lo señalaron como "traidor" por expresar apoyo a las protestas estudiantiles contra el Gobierno, lo que tensó de forma evidente la relación del jugador con su tierra de origen.
El ganador de 24 títulos de Grand Slam ya se ha instalado en Glyfada, un exclusivo barrio costero del sur de Atenas, donde reside junto a su esposa e hijos. Los pequeños, de 11 y 8 años, han sido inscritos en una prestigiosa escuela privada, lo que refleja la intención del serbio de establecerse a largo plazo en Grecia. La prensa local ha documentado cómo Djokovic se ha integrado rápidamente a la vida de la ciudad, siendo visto en comercios con su hijo mayor y compartiendo con vecinos y aficionados que lo reconocen con admiración.
Djokovic iniciará una nueva etapa en su vida
Además de adaptarse a su nueva vida familiar, Djokovic ya ha comenzado a explorar el entorno deportivo griego. Fue visto entrenando con su hijo en el club de Kavouri, cercano a su residencia, y también se especula que el club de Tatoi podría convertirse en su base de preparación personal. Paralelamente, el tenista contempla fundar una academia en Atenas, lo que representaría un paso trascendental para consolidar su legado en el tenis más allá de su carrera profesional.
Su traslado a Grecia también tiene un trasfondo legal y económico. Según medios locales, Djokovic estaría tramitando el denominado "visado dorado", un permiso de residencia permanente que Grecia otorga a ciudadanos extracomunitarios a cambio de una inversión significativa. La relación cercana que ha establecido con el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, con quien se ha reunido en diversas ocasiones, refuerza la idea de que el tenista ve en Grecia no solo un refugio personal, sino también una oportunidad para desarrollar proyectos deportivos y empresariales.
La ruptura con el Gobierno serbio quedó en evidencia desde que Djokovic respaldó públicamente las multitudinarias manifestaciones estudiantiles contra la corrupción y en favor de nuevas elecciones. Sus mensajes en redes sociales, incluidos homenajes a víctimas de la represión, provocaron la furia de sectores afines al poder.

