Pese a que Selección de Guatemala quedó fuera de la lucha por el Mundial 2026, el ambiente en el estadio Manuel Felipe Carrera, El Trébol, demuestra que la afición nunca abandona. No es la misma marea azul que llenó las gradas frente a Panamá, pero sí es un grupo fiel, ruidoso y orgulloso que llegó a respaldar a la Bicolor en un partido que, aunque ya no cambia su destino, sigue moviendo emociones profundas. Hay familias, jóvenes, niños con banderas en el rostro y un sentimiento común: si juega Guatemala, se apoya.
Las realidades de ambos equipos no podrían ser más contrastantes. Guatemala afronta este duelo sin posibilidades matemáticas, pero con la dignidad de cerrar su participación en casa y con una afición que, incluso en la eliminación, se mantiene presente. Surinam, en cambio, llega con la oportunidad más grande de su historia: la posibilidad real de acercarse a su primera clasificación mundialista, siempre y cuando su resultado se combine con lo que ocurra entre Panamá y El Salvador.
Surinam vive una jornada completamente distinta
Mientras los guatemaltecos se reúnen en El Trébol para acompañar a su selección, Surinam vive una jornada completamente distinta. Desde Paramaribo hasta los distritos más alejados, las calles están llenas de tensión, pantallas gigantes y reuniones masivas. Para Natio, Guatemala no es simplemente un rival, sino el escenario donde puede nacer —o terminar— el sueño más grande de su fútbol.
La afición surinamesa sigue este partido con los ojos bien puestos en la Ciudad de Guatemala. Observan a la Azul y Blanco con respeto: saben que, aunque esté eliminada, es un equipo ordenado, físico y capaz de complicar cualquier partido en su casa. Por eso, Surinam vive entre esperanza y nerviosismo, consciente de que todo depende de lo que ocurra esta noche en territorio guatemalteco.
Así, mientras Surinam se vuelca a las calles mirando hacia Guatemala, en El Trébol los aficionados guatemaltecos responden como siempre: presentes, leales y con la camiseta puesta. Porque, pase lo que pase, la Selección sigue siendo motivo de orgullo.













