La crisis deportiva e institucional que atraviesa el Niza ha alcanzado un nivel alarmante. Con seis derrotas consecutivas entre todas las competiciones y una afición profundamente frustrada, el club parece haber perdido el rumbo bajo la gestión de INEOS. Lo que comenzó como una temporada con aspiraciones europeas se ha convertido en un escenario de tensión permanente, donde cada partido añade una capa más de descontento entre seguidores y jugadores.
Tras la derrota por 3-1 ante el Lorient, el regreso del equipo prometía ser incómodo, pero nadie imaginó que desembocaría en un episodio tan grave. Un grupo de aficionados radicales se presentó en la ciudad deportiva con la intención de manifestar su indignación. Lo que debía ser una protesta terminó desbordándose hasta convertirse en un acto violento. Según informó L’Équipe, dos futbolistas —Jérémie Boga y Terem Moffi— fueron agredidos durante el altercado, lo que obligó a ambos a causar baja por las lesiones sufridas.
El Niza se pronuncia
La situación no quedó ahí. De acuerdo con RMC Sport, los jugadores atacados han decidido emprender acciones legales, un gesto que evidencia la gravedad del ambiente que se vive en torno al club. Incluso Fabrice Bocquet, director deportivo, se vio envuelto en el caos y tampoco salió ileso del episodio. Mientras tanto, el presidente del Niza optó por regresar de Lorient en un avión privado, evitando así el tenso ambiente que experimentó la plantilla.
El panorama para el próximo compromiso frente al Angers en el Allianz Riviera no es alentador. Todo apunta a que el clima será sofocante, marcado por una afición que se siente traicionada y una plantilla golpeada emocional y físicamente. La brecha entre el club y su hinchada parece más amplia que nunca, y la reconciliación se vislumbra complicada en un Niza que vive uno de los momentos más delicados de su historia reciente.



