El 6 de enero de 2025 estaba destinado a marcar un hito para el deporte guatemalteco. Ese día inició la esperada remodelación del Estadio Doroteo Guamuch Flores, un proyecto que prometía transformar completamente el recinto con la instalación de césped híbrido Hatko y una pista de tartán Mondo, ambas consideradas de alta gama a nivel internacional. Sin embargo, lo que en su momento se presentó como una inversión clave para mejorar el rendimiento de los atletas nacionales hoy permanece en incertidumbre, sin una fecha clara de reactivación y con un avance que nunca superó el 35%.
La causa principal del retraso fue el incumplimiento de la empresa contratista Bremar S.A., encargada de ejecutar la obra y que no logró completar ni la mitad de los trabajos estipulados. El 4 de diciembre, casi un año después del inicio del proyecto, la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala (CDAG) anunció la rescisión del contrato tras recibir recomendaciones de la Contraloría General de Cuentas y un dictamen jurídico interno. Según el comunicado oficial, la empresa aceptó cuatro compromisos: no judicializar el proceso, no reclamar pagos pendientes, garantizar por 18 meses la conservación del 35.43% ya ejecutado y retirar su maquinaria de las áreas intervenidas.
¿Qué pasará con el Estadio Doroteo Guamuch Flores?
A pesar de que la CDAG aseguró actuar conforme a la Ley de Contrataciones y sostuvo que esta era la única vía para permitir una futura licitación, la institución no ha definido cuándo se lanzará un nuevo concurso ni cuáles serán los lineamientos para reiniciar los trabajos. El proyecto, que incluía drenajes, nivelación de superficies y desmontaje de la infraestructura anterior, permanece detenido con un 65% de obra pendiente. El plazo contractual vencía este 6 de diciembre, fecha que, de haberse cumplido, debió marcar la entrega total de la remodelación que hoy sigue lejos de concretarse.
La situación escaló hasta el Congreso de la República, donde la Comisión de Deportes ha mantenido una constante fiscalización del caso. La diputada Karina Paz denunció públicamente lo que considera parte de una crisis estructural en la administración del deporte en Guatemala. En una conferencia de prensa el 4 de diciembre, afirmó que existe una "red criminal" responsable del deterioro institucional y señaló que tanto la CDAG como el Comité Olímpico Guatemalteco han manejado miles de millones de quetzales en la última década sin resultados tangibles.
También aseguró que presentará 38 querellas contra los responsables de lo que calificó como un "desfalco nacional", mencionando que estas incluirán a quienes aprobaron el presupuesto, a funcionarios involucrados y a la empresa encargada de la obra.
Mientras tanto, el principal recinto deportivo del país permanece cerrado y sin fecha para su rehabilitación. La incertidumbre afecta tanto a los atletas de alto rendimiento como a la Selección Nacional de Fútbol, quienes continúan sin acceso a una instalación que debía ofrecerles condiciones de competencia internacional. El estadio Doroteo Guamuch Flores, lejos de la esperada entrega, se mantiene como el centro de un conflicto administrativo y político que aún no encuentra una solución definitiva.



