El Real Madrid volvió a cumplir con una de sus tradiciones más queridas de final de año al abrir las puertas del estadio Alfredo di Stéfano para un entrenamiento especial cargado de ilusión y cercanía con su afición. Con las ausencias de Dani Carvajal, Trent Alexander-Arnold y Éder Militao por lesión, además de Brahim Díaz, concentrado en la Copa África, la plantilla blanca preparó su primer compromiso de 2026 frente al Real Betis en un ambiente festivo y familiar. A pesar de ello, el protagonismo se lo llevó el entusiasmo de los aficionados, que convirtieron la sesión en una auténtica celebración madridista.
La segunda sesión tras las vacaciones navideñas fue un éxito absoluto de convocatoria. Las 4.150 entradas puestas a disposición de los socios se agotaron rápidamente y dejaron claro, una vez más, el enorme interés que despierta este entrenamiento a puerta abierta. Niños y jóvenes coparon las gradas del Di Stéfano, viviendo de cerca el único día del año en el que pueden observar el trabajo diario de sus ídolos y compartir con ellos momentos que difícilmente olvidarán.
Real Madrid se renueva para el nuevo año
Desde su llegada en autobús a las 11:15 horas, recibidos con el himno del club y una lluvia de aplausos, hasta el final de la sesión, el contacto con la grada fue constante. Nombres como Jude Bellingham, Vinícius, Thibaut Courtois o Rodrygo fueron de los más reclamados, dedicando cerca de una hora a firmar camisetas y hacerse fotografías. El nombre de Kylian Mbappé fue el más coreado durante el calentamiento, mientras numerosas pancartas adornaban las gradas de la Ciudad Real Madrid. La presencia del técnico Xabi Alonso, muy cercano también con los aficionados, redondeó una mañana inolvidable.
En el plano deportivo, la jornada dejó notas positivas, como la recuperación total de Fede Valverde, ya sin molestias en el tobillo, y la participación de varios canteranos con el primer equipo. La sesión, diseñada con balón y ejercicios dinámicos en espacios reducidos, mantuvo la intensidad sin perder el carácter lúdico del día. Tras el trabajo físico, llegó el broche festivo con balones regalados a la grada y la tradicional firma de camisetas, cerrando así un 30 de diciembre que reafirmó el vínculo especial entre el Real Madrid y su afición.



