La región enfrenta un desafío histórico: avanzar hacia una transición energética justa y sostenible que reduzca la pobreza energética y garantice acceso equitativo a electricidad. En países como Guatemala, donde miles de personas aún dependen de la leña como fuente primaria de energía, el problema no es solo ambiental, sino también social y de salud pública.
"Ese es el verdadero desafío: llevar energía accesible y segura a quienes más lo necesitan", subrayó Juan Ricardo Ortega, presidente de Grupo Energía Bogotá. Para Ortega, el concepto de transición energética debe ser justo y sostenible, es decir, que no deje a nadie atrás.
"Nuestro compromiso es llevar energía limpia y accesible a comunidades rezagadas. No trabajamos por lucro, trabajamos para mejorar vidas", subrayó.
El Grupo Energía Bogotá impulsa proyectos en varios países de la región. En Colombia ha trabajado con más de decenas de comunidades indígenas en proyectos de transmisión. Asimismo, en Perú, logró acuerdos para llevar energía a comunidades; y en Brasil desarrolla infraestructura para aprovechar la energía eólica.
En Guatemala, el reto es garantizar acceso a electricidad confiable y superar el rezago en infraestructura. "Tener una subestación no solo mejora la calidad de la electricidad, también atrae inversión, empleo y desarrollo para toda la región", explicó Ortega.
Una transición energética justa
El directivo insistió en que la transición energética tiene un fuerte componente social: "Si el 50% de la población prospera, la sociedad prospera. La justicia energética es abrir oportunidades reales para todos". Ortega ejemplificó con algo tan sencillo como el acceso a una lavadora: "El tiempo que se libera a una mujer con ese electrodoméstico puede ser la diferencia para que entre al mercado laboral. Eso es cambiar vidas".
También resaltó el papel de las mujeres indígenas en Colombia, quienes son capacitadas como linieras: "Arrancamos con 400 valientes, muchas madres solteras. Hoy trabajan en torres de más de 100 metros de altura, construyendo el futuro energético de la región. Ellas son protagonistas de esta transición", agregó.
Juan Ricardo Ortega, presidente de Grupo Energía Bogotá, señaló que la desinformación es otro obstáculo: "Las redes sociales difunden mitos falsos, como que las líneas de transmisión afectan la salud. La ciencia lo ha desmentido. Sin transmisión no hay energías limpias en los hogares". En lo ambiental, destacó la implementación de desviadores de vuelo para aves migratorias y programas de compensación forestal.
"Si de verdad nos preocupa el planeta, tenemos que abrazar la infraestructura de transmisión. Es la única forma de reducir la huella de carbono". Finalmente, Ortega enfatizó que el país vive un momento decisivo: "Este puede ser el siglo de Guatemala. Tiene recursos, talento y energía limpia, pero necesita infraestructura. Lo más costoso es no hacer nada".
En conclusión, la transición energética justa y sostenible es más que un proyecto: es la oportunidad de cerrar brechas sociales, impulsar el desarrollo y garantizar un futuro próspero para toda la región.



