A un mes del fallecimiento del actor Gene Hackman y su esposa, Betsy Arakawa, sus cuerpos continúan sin ser recogidos por sus familiares, según reveló TMZ.
De acuerdo con el listado de fallecidos no reclamados de la Oficina de Investigación Médica Forense de Nuevo México, los nombres del actor y su esposa siguen figurando en el documento, el cual se actualiza cada lunes y viernes.
Con esta noticia, las miradas no han tardado en volcarse hacia los hijos que Gene Hackman concibió en su matrimonio anterior con Faye Maltese: Christopher Allen, de 63 años, Elizabeth Jean, de 61, y Leslie Ann, de 57.
La página web incluye una exhortación a los parientes directos de los difuntos para que se pongan en contacto con las autoridades, y así obtener los certificados de defunción. Además se les indica que recibirán indicaciones para los arreglos funerarios que requieran.
Hasta hoy, ni los tres hijos de Gene Hackman ni la madre de Betsy Arakawa han dado señales de haber iniciado el proceso.
A través del medio estadounidense, las autoridades explicaron que no es inusual que los cuerpos permanezcan aún en la morgue, pues podría ser el caso que aún se estén completando los trámites necesarios para llevar a cabo los funerales de la pareja.
Más detalles
Gene Hackman, de 95 años, y Betsy Arakawa, de 65, fueron encontrados sin vida en su residencia en Santa Fe el mes pasado.
Junto a ellos, también se halló el cuerpo de su perro Zinna, que había muerto por inanición y deshidratación, según un informe del laboratorio veterinario del Departamento de Agricultura del estado.
El reporte de la Oficina Forense determinó que la muerte de Hackman fue producto de una "enfermedad cardiovascular aterosclerótica hipertensiva" y que el Alzheimer fue un "factor significativo" en su fallecimiento.
Por su parte, la causa de muerte de Arakawa se produjo por el síndrome pulmonar por hantavirus, una enfermedad rara transmitida por roedores.
Las circunstancias de los decesos llevaron a las autoridades a realizar una investigación más detallada para reconstruir la línea temporal de los hechos.
