En marzo de 2022, cuando Ucrania enfrentaba una invasión a gran escala por parte de Rusia, Lidiia Tsebenko tomó una decisión que marcaría un antes y un después en su vida. Con apenas 22 años, esta joven originaria de Mariúpol dejó atrás su hogar, su familia y su lengua materna para embarcarse hacia un destino desconocido: Guatemala. Un país del que sabía poco y, al principio, apenas podía imaginar como un refugio seguro, pero que con el paso del tiempo se convirtió en su segundo hogar.
Antes de conocer a Alejandro, un guatemalteco con quien más tarde entablaría una relación sentimental, Guatemala era para Lidiia simplemente un nombre lejano, asociado en su mente a noticias negativas y un temor inicial. Sin embargo, la conexión que fue naciendo entre ambos y la curiosidad que despertó en ella el conocer esta cultura diferente fueron claves para cambiar su percepción.
La guerra lo alteró todo. Fue Alejandro quien, desesperado, la llamó para saber si estaba a salvo cuando la invasión rusa estalló. "No sabía lo que estaba pasando, solo sentía miedo e incertidumbre", recuerda Lidiia. En medio de la confusión, la ansiedad y la desesperanza, tomó la valiente decisión de aceptar la invitación de Alejandro para viajar a Guatemala. Ese viaje, que fue su primera experiencia en avión, marcaría el inicio de una transformación profunda tanto personal como cultural.
Tres años en Guatemala
Al llegar, todo le pareció casi surrealista: volcanes, mar, montañas, un clima tropical muy distinto al invierno europeo que había dejado atrás. "Pensé que solo me quedaría un mes... ya han pasado tres años", dice con una sonrisa que refleja nostalgia y cariño por lo vivido.
La adaptación no fue sencilla. El idioma, la comida diferente, la ausencia de una red de apoyo cercana y el constante temor por su familia en Ucrania fueron desafíos que enfrentó durante meses. Sin embargo, su resiliencia y ganas de integrarse la impulsaron a solicitar asilo y lograr una residencia legal por diez años.
Con el tiempo, Lidiia aprendió español de manera autodidacta y comenzó a trabajar mientras compartía sus experiencias en las redes sociales. Su autenticidad y el enfoque humano con el que muestra la vida cotidiana guatemalteca le han ganado una audiencia que supera el millón de seguidores en plataformas como TikTok, Instagram, YouTube y Threads.
Influencia en redes sociales
Bajo el usuario @lidiia_tsebenko, relata la Guatemala que ve una extranjera: sus paisajes, su gente, sus tradiciones y los pequeños detalles que hacen único al país. Además, su cuenta @casichapina es un homenaje visual que refleja su pasión por la fotografía y el arte de contar historias.
Guatemala me enseñó a ver la vida de otra manera", asegura. Hoy, Lidiia sueña con colaborar con el Instituto Guatemalteco de Turismo (INGUAT) para promover la belleza y riqueza cultural de la nación, y aspira a crecer profesionalmente como fotógrafa y creadora de contenido.
Pero, por encima de todo, su mayor anhelo es que su familia pueda visitarla algún día y conocer el país que la acogió en uno de los momentos más difíciles de su vida. "Este país me abrazó cuando más lo necesitaba. Ahora, mi misión es contarle al mundo lo que encontré aquí", concluye con una mezcla de gratitud y esperanza.
La historia de Lidiia es un testimonio de la fuerza humana para encontrar luz y paz aun en tiempos de oscuridad, y un recordatorio de que, a veces, los lugares más inesperados pueden convertirse en el verdadero hogar.



