Al igual que muchos, Billy Gardell solía ponerse fechas y metas, como los lunes, el primer día del mes o en Año Nuevo, para comenzar un cambio que nunca lograba cumplir.
El famoso actor de "Mike & Molly" lograba bajar algunas libras, pero con el tiempo retomaba su peso anterior. Hace unos años, pesaba 380 libras y con un diagnóstico de diabetes tipo 2.
"Cuando llegó la primera ola y publicaron la lista de condiciones de alto riesgo, yo tenía todas. Sobrepeso, apnea del sueño, fumador, diabetes tipo 2, asma... era una tormenta perfecta", recordó en una entrevista con People.
El 17 de julio de 2021 dio el primer paso determinante: una cirugía bariátrica. El procedimiento, explicó, fue el punto de partida para modificar hábitos y redefinir su vínculo con la comida.
"Todo se redujo a cambiar lo que pienso sobre la comida. La comida es combustible. No es una recompensa ni un calmante. Tenía que superar mi relación emocional con ella", contó.
Desde entonces, combinando actividad física regular y vigilancia alimentaria, el actor de 56 años ha perdido más de 170 libras, por lo que su diabetes remitió y que su energía ha mejorado. También mencionó que ahora puede comprar ropa directamente de la percha.
Billy Gardell destaca que su esposa Patty y su hijo Will, de 22 años, fueron un respaldo importante durante el proceso. "Ellos quieren que esté aquí más tiempo. Y saber por quién luchas ayuda a hacer cosas increíbles. Bajar de peso me salvó la vida", dijo.
Confesiones
Billy Gardell atribuye parte de su proceso a su cirujano, el Dr. Philippe Quilici, y a su nutricionista, Teri Hlubik.
Con ella mantiene encuentros semanales que compara con "una especie de terapia", orientados a identificar detonantes emocionales relacionados con la comida y a construir nuevos hábitos. "Cada cambio empieza entre los oídos", comentó.
Billy Gardell sigue una rutina alimentaria estructurada: un sándwich de desayuno con salchicha de pavo, cottage con fruta por la tarde y una cena ligera sin frituras ni azúcares.
Además, toma vitaminas, suplementos y bebe alrededor de 2.2 litros de agua al día. Realiza ejercicio varias veces por semana, aunque admite que no todos los días son iguales. "Si lo haces bien ocho de cada diez veces, vas a ganar la batalla".
Entre los cambios prácticos que ha notado están actividades que antes no podía realizar con facilidad, como surfear, montar a caballo o viajar con mayor comodidad.



