Un grupo de personas pobres y que viven en las calles de Roma estarán presentes el sábado 26 de abril en la escalinata de la Basílica Papal de Santa María la Mayor para dar el último adiós al Papa Francisco.
Ellos esperarán el féretro del Papa Francisco fuera de la Basílica donde será sepultado tras recorrer 3 kilómetros desde la Basílica de San Pedro, así lo anunció un comunicado de prensa de la Santa Sede
"Los pobres ocupan un lugar privilegiado en el corazón de Dios. Así también en el corazón y en el Magisterio del Santo Padre, que eligió el nombre de Francisco para no olvidarlos nunca", destacaron en el comunicado.
La basílica mariana permanecerá cerrada después del entierro y abrirá el domingo por la mañana para que los fieles puedan visitar la tumba del Pontífice argentino.
Por otro lado, el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, aseguró que el recorrido entre la Basílica de San Pedro y el templo mariano que acoge el icono de la Salus Populi Romani, a la que tanta veneración le tenía el Pontífice, estará vallado para permitir a los fieles que lo deseen seguir el cortejo antes de que sea enterrado.
Decisión del Papa Francisco
Jorge Mario Bergoglio, quien falleció el pasado 21 de abril a los 88 años y será sepultado este sábado, fue el primer líder de la Iglesia católica nacido en Sudamérica, el primer jesuita y también el primero en utilizar el nombre de Francisco, en homenaje al radical San Francisco de Asís (1181-1230), para identificarse.
Y en sus 12 años de pontificado rompió otras costumbres: fue el primer Papa que vivió fuera del Palacio Apostólico, el primero en visitar países como Irak y el primero en firmar una declaración de fraternidad con autoridades islámicas.
Y con su muerte quiso marcar otro precedente: el pontífice argentino es el primero en un siglo que no será sepultado en las grutas de la Basílica de San Pedro.
Francisco decidió que su última morada sea la Basílica de Santa María la Mayor, también en Roma, a unos 6 kilómetros de distancia del Vaticano.
"Deseo que mi último viaje terrenal termine precisamente en este antiguo santuario mariano, donde siempre me detengo a rezar al inicio y al final de cada viaje apostólico, confiando mis intenciones a la Madre Inmaculada y dando gracias por su dulce y maternal cuidado", se lee en el testamento del pontífice.



