La centenaria tradición del barrilete está en el centro de la presentación de Guatemala en la feria internacional del turismo de Berlín (ITB) con barrileteros de las comunidades de Santiago Sacatepequez y Sumpango, que explicaron a los visitantes el sentido místico de esas cometas de papel a través de las cuales, aseguran, los vivos buscan contacto con los muertos.
El barrilete guatemalteco fue inscrito en lista de la Unesco de la herencia inmaterial de la humanidad en 2024. La tradición, según explicó a EFE el barriletero Julio Asturias, nace en los cementerios.
"El 2 de noviembre es el día en que Dios le da permiso a los muertos a bajar para visitar a sus familiares. Pero los malos espíritus también bajan a molestar. Y los buenos espíritus un día empezaron a explicarle a sus familiares que los malos espíritus no los dejaban descansar en sus tumbas", dijo Asturias.
Entonces, después de consultarlo con los chamanes, se empezaron a poner barriletes en las tumbas y el ruido que hacía el papel con el viento espantaba a los malos espíritus. Por eso en Sumpango y Santiago Sacapequez las tumbas el 2 de noviembre están adornadas con barriletes.
Después, tradicionalmente los barriletes se quemaban porque quedaban impregnados de los malos espíritus y el fuego tiene un poder purificador, explicó Asturias.
Ahora, cuando la elaboración de muchos barriletes es mucho más artística y tiene también un fin decorativo, ya no se queman.
El otro sentido de la tradición está en el vuelo del barrilete que sirve para unir a los vivos con los muertos.
Más acerca de los barriletes guatemaltecos
Antes de venir a Berlín la tradición del barrilete fue presentada también en FITUR en Madrid en donde, por interés de los niños que se acercaban al stand, terminaron improvisándose talleres para su fabricación.
En Berlín Julio y otros barrileteros muestran el arte de fabricar barriletes y buscan comunicación con el público.
La tradición es al menos centenaria. "No tenemos ningún elemento que nos permite decir con precisión que empezó en 1600 o 1700. Pero tenemos testimonios que al menos en 1780 ya se fabricaban barriletes en Santiago", explica.
Algunos de los barriletes tienen un sentido meramente decorativo pero otros, incluso muchos de grandes dimensiones, están hechos para volar. La forma de los mismos tiende al círculo pero para lograr que corten el viento son polígonos de muchos lados.
En Guatemala en noviembre hay vientos de 20 kilómetros por hora. Eso ayuda a que los barriletes se eleven y vuelen pese a sus grandes dimensiones. En el stand se muestran fotos y videos con barriletes volando en los cementerios.
Julio Asturias subraya que para su comunidad el sentido de la fiesta de todos los muertos es alegre. "No se trata de llorar la muerte sino de celebrar la vida y la memoria de los fallecidos", explica.
Por eso, en el cementerio se comen las comidas y se beben las bebidas que a los muertos les gustaban. También se les deja algún plato o alguna copa en las tumbas para que lo disfruten.
Según los responsables del stand de Guatemala en Berlín desde que el barrilete guatemalteco fue inscrito en la lista de la Unesco, las reservas de vuelos han aumentado.
* Con información de la agencia de noticias EFE.
