Luis Rodolfo Girón no pierde la esperanza aunque no hay certeza sobre el futuro de su hijo, trata de contenerse al decirlo.
Busca seguir dándole un tratamiento para vencer el cáncer que le han detectado. Una situación que, asegura, lo motivó a pedir apoyo económico a los guatemaltecos.
Los dos se llaman Luis Rodolfo y además comparten el mismo sentimiento: Amor a la vida.
“Lo va a lograr, yo lo sé”
“A él le gusta la playa, pensamos ir y yo había ahorrado dinero, pero cuatro días antes nos dieron la noticia del cáncer”, dice sobre la celebración de los 15 años que tuvo intención de hacerle a Luis Rodolfo.
El viaje fue cancelado a último momento por recomendaciones del médico. “Uno, como padre, trata de darles lo mejor, pero él ya no puede ir”, lamenta.
Luis Rodolfo o “Chofo”, como le dicen cariñosamente, ya no puede viajar o hacer algo tan sencillo como ir a jugar futbol.
Pero, su papá es abnegado: “Lo va a lograr, yo lo sé”, asegura, aunque el diagnóstico refleja lo contrario.
La enfermedad
A Luis Rodolfo le detectaron un tipo de cáncer en el que sus ganglios, que deben activarse para impedir la entrada de bacterias o virus en su cuerpo, no están funcionando correctamente.
Es como si se mantuvieran “activos” siempre, y con la necesidad de combatir algo, aunque no exista ninguna amenaza. Es ahí cuando atacan su propio sistema de defensa. Se llama linfoma de Hodgkin.
“Es difícil saber que la persona que uno más ama en la vida tiene cáncer. Cuando me dijeron que tenía un 20% de probabilidades de supervivencia pensé que estábamos a buen margen de posibilidades de que viva”, explica don Luis.
“Al final, yo sé que es Dios quien tiene la respuesta y uno debe mantener esa idea en el corazón y la mente de que todo va a salir bien”, dice con firmeza.
El pedido de ayuda surge de la necesidad, pues el tratamiento es muy costoso y reconoce que no es el único padre que afronta esa realidad, pero quiere luchar y “no quedarse de brazos cruzados”.
Esta es una noticia dura para un padre de tres hijos que asegura, lucha día a día para no darse por vencido.
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La noticia
El anuncio fue directo, según recuerda. El médico le dijo a Luis Rodolfo que tenía cáncer, cuál sería el tratamiento y las “probabilidades que tenía de vivir”.
“Al principio uno no lo cree. Uno no se convence de decir ‘estoy viviendo con una persona con cáncer y menos cuando es un hijo’“, cuenta don Luis, quien ha estado haciendo trabajos extra para tener más ingresos.
Luis Rodolfo era demasiado joven y tomó la noticia bajo esa mirada y de una forma distinta a la de un adulto “que está más consciente sobre el alcance de la enfermedad”, explica su papá.
Según dice, fue hasta hace dos años cuando una de sus abuelas murió por otro tipo de cáncer, precisamente el día de su cumpleaños, cuando quizás lo asimiló.
“Es tímido y quizás por eso no expresa lo que siente. Creo que piensa lo que cualquiera de nosotros pensaría: Me voy a salvar, se está haciendo todo lo posible”.
Tratamiento
El problema fue tratado con quimioterapia y radioterapias durante 6 meses. La familia creía que Luis Rodolfo había conseguido superar el cáncer; sin embargo, a los tres meses reapareció.
El nacimiento de una muela cordal a los 18 años es algo normal, pero en su caso fue la inflamación en la encilla que provocó que sus ganglios se activaran otra vez.
Por ahora, las quimioterapias las recibirá en el Hospital General San Juan de Dios durante seis meses. En junio, cuando finalice ese plazo, no puede seguir recibiendo esas sustancias químicas porque el cuerpo no puede resistirlas más.
La alternativa de los médicos que tratan a Luis Rodolfo es un transplante de células. Un procedimiento por el cual debe pagar US$6 mil 700 por la primera fase de recolección de células. Además debe juntar otros US$42 mil para ser hospitalizado y que reciba otros medicamentos necesarios para su recuperación.
¿Cómo ayudarlo?
Para la causa se habilitó la cuenta del BI 059-38-93436 a nombre de Luis Rodolfo Girón Alcantara.
Lo inspira su fortaleza
El lunes recién pasado, Luis terminó el tratamiento de su primera quimioterapia y a pesar de los efectos, según su papá, no se mostró desanimado.
“Aunque es un tratamiento muy fuerte ha tenido la valentía de tratar de sonreír. Es como cualquier otro joven, ajeno a esa situación tan difícil”.
“Mi hijo será de las personas que van a lograr sobrevivir”, promete don Luis.