Si fuiste de los que siempre tuvo una figura envidiable por el gimnasio o por genética, pero de la nada te salió “pancita”, puede ser que tu pareja sea la causa. Y no nos referimos a la comida que compartes con esa persona especial. Hablamos de que las peleas con tu pareja son la razón.
Los investigadores se dieron cuenta de que las parejas que experimentan constantes actitudes hostiles, presentan altos niveles de leptina y grenelina, conocidas como “hormonas del hambre”.
El estudio afirma que después de que las parejas discuten o están estresadas por algún factor social, son más propensos a elegir comida alta en carbohidratos o grasas.
De acuerdo con la investigación, el organismo parece no tener una buena habilidad para regular el apetito después de una discusión, lo que a largo plazo puede derivar en problemas de salud graves.
Además, hay que tomar en cuenta el metabolismo y los hábitos de cada persona. Si se trata de alguien que sube fácilmente de peso o no tiene control sobre su alimentación, es mucho más viable que el sobrepeso aparezca y no será precisamente culpa de las peleas.
De acuerdo con el estudio realizado, la comida chatarra genera desórdenes en el estado de ánimo y mala calidad de sueño, afectando directamente el bienestar de la persona y su relación en pareja.
Así que ya lo sabes, tal vez las peleas sí tengan algo que ver, pero si tu alimentación no es sana estarás más expuesto o expuesta a tener sobrepeso y mal humor.