La sobreviviente del conflicto armado guatemalteco Lucía Pérez De Paz inhumó este viernes los restos de sus padres y un cuñado suyo que recibió ayer en el caserío Nuevo San Lorenzo, en Ixcán, Quiché.
Tuvieron que pasar 37 años para que la mujer, sobreviviente del asedio militar que entre marzo y diciembre de 1982 asesinó o desapareció a 32 de sus familiares, finalmente consiguiera “sanar el corazón”, como aseguró este día al inhumar a su madre María De Paz y a su padre Felipe Pérez, quienes junto a su cuñado habían fallecido en la cercana aldea Xalbal.
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A sus 17 años, Lucía debió enfrentar durante el Gobierno de facto del fallecido dictador José Efraín Ríos Montt la pérdida de todo su círculo cercano y comenzar una búsqueda aferrándose a una esperanza sin descanso.
“Encontré a mi mamá y a mi papa y me siento feliz”, dijo durante la ceremonia Lucía, rodeada de decenas de personas.
La de Lucía “es una muestra del dolor que el conflicto armado ha causado a miles de guatemaltecos; sin embargo es también una muestra de la importancia del trabajo de organizaciones como el Centro de Análisis Forense y Ciencias Aplicadas (Cafca) y la Liga Guatemalteca de Higiene Mental”, comentó a Efe el oficial de Comunicación del Comité Internacional de la Cruz Roja, Francesco Panetta.
#AHORA @PauloAbrao, secretario ejecutivo de @CIDH, se pronuncia por el caso genocidio en el que está implicado Luis Enrique Mendoza García. Vía: Manuel García. pic.twitter.com/imCwZngXac
— Emisoras Unidas (@EmisorasUnidas) November 29, 2019
Más de Lucía
Lucía es una integrante más de la asociación de niños del conflicto armado “Todos por el reencuentro”, auspiciado por la Liga de Higiene Mental, entidad que acompañó su caso desde hace muchos años.
De sus 32 familiares, 19 eran niños, los cuales perdió en los primeros nueve meses de la dictadura de Ríos Montt, quien fue condenado por genocidio maya ixil en mayo de 2013 y absuelto unos días después por una decisión dividida de la Corte de Constitucionalidad, el máximo tribunal del país.
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Después de la inhumación, fue instalado en la comunidad Nuevo San Lorenzo un memorial dedicado a sus familiares, el cual fue preparado con el apoyo de la Liga Guatemalteca de Higiene Mental, cuya entidad aseguró que se trataba del reencuentro número 505 de familiares víctimas de la atrocidad del conflicto.
