Fallecidos por coronavirus COVID-19 cuyos cuerpos no han sido reclamados están siendo enterrados en fosas comunes de una isla de Nueva York por jornaleros contratados especialmente para la tarea, informaron las autoridades.
La isla Hart, en el Bronx, tiene a uno de los mayores cementerios públicos de Estados Unidos. Más de un millón de personas están enterradas en ella.
Desde hace 150 años las autoridades de Nueva York utilizan la isla para enterrar en sus fosas comunes cadáveres no reclamados, no identificados o de neoyorquinos que no pueden pagar un entierro privado.
“Seguiremos utilizando la isla de esa manera durante esta crisis y es probable que las personas que han muerto de COVID-19 que encajen en esta descripción sean enterradas en la isla en los días venideros”, dijo a la AFP un portavoz del gobierno municipal.
El diario The New York Times informó que desde que comenzó la pandemia del coronavirus el mes pasado, la cifra de personas enterradas en Hart Island pasó de 25 por semana a 25 por día.
La isla, de 1,6 km de largo y situada en un estuario en el Bronx, se convirtió en un cementerio para personas pobres e indigentes en 1869, cuando la ciudad la compró a un particular con ese fin.
Unos 1.200 entierros tienen lugar cada año en la isla. Los muertos son enterrados en ataúdes de pino. No hay lápidas, pero piedras blancas indican las trincheras donde fueron colocados los ataúdes.
En general los entierros son realizados por presos de la cercana Rikers Island, una de las cárceles más famosas del país, pero no durante la pandemia de coronavirus.
“Estamos usando trabajadores contratados”, dijo el portavoz.
Fetos y víctimas de sida también han sido enterrados en Hart Island a lo largo de los años.
El sitio no estaba abierto a visitas del público, pero en años recientes algunos familiares habían sido autorizados a hacerlo en fechas designadas.
A fines del año pasado, el concejo municipal de Nueva York votó para que la Hart Island ya no sea controlada por el departamento de prisiones y pase a depender del departamento de parques. También prometió abrirla al público.
La isla ha sido utilizada a lo largo de la historia como campo de prisioneros para soldados confederados de la Guerra Civil estadounidense, como asilo mental, como sanatorio para tuberculosos, como centro de detención de delincuentes juveniles y hasta como base de misiles durante la Guerra Fría.
Se la conoce como “la isla de los muertos” o “la cárcel de los muertos” de Nueva York.