Un estudio de la Universidad de Hawai’i reveló nuevos datos sobre el llamado asteroide Apophis y la posibilidad que existe de que choque contra la Tierra dentro de 48 años.
Se espera que Apophis, cuyo diámetro ronda los 300 metros, pase cerca de nuestro planeta en el año 2068, y según estas nuevas observaciones, no se puede descartar el escenario de un posible impacto.
De acuerdo con la investigación, se detectó en el asteroide una aceleración de tipo Yarkovsky, efecto que modifica las órbitas de pequeños cuerpos celestes por la forma en que absorben la radicación del Sol.
Según explica la institución, esto significa que todos los asteroides necesitan volver a irradiar, como calor, la energía que absorben de la luz solar para mantener el equilibrio térmico, cuyo proceso cambia ligeramente la órbita del objeto.
Citado en un comunicado, el astrónomo Dave Tholen señaló que las nuevas observaciones, obtenidas con el telescopio Subaru a principios de este año, “fueron lo suficientemente buenas” para revelar la aceleración de Yarkovsky en el asteroide, aportando una evidencia decisiva para “mantener en juego el escenario de impacto en 2068”.
Expertos también han anunciado que el Apophis se aproximará a la Tierra el 13 de abril de 2029, aunque para ese momento “no es posible un impacto”.
La posibilidad de impacto es baja… “por ahora”
Citado por La Tercera, el profesor Thomas Puzia, del Instituto de Astrofísica UC e investigador del Centro de Astrofísica y Tecnología Afines (CATA), recalca, en ese sentido, la importancia de entender la composición química de lo asteroides, “ya que define la absorción de la superficie para la radiación y la llamada inercia térmica por unidad por segundo”.
“Si gira muy rápido o lento, eso definirá el efecto Yarkovsky y el empuje que recibirá este objeto (…) Por ello la trascendencia de las misiones Osiris-Rex y Hayabusa2: hay que entender la composición química y superficie del asteroide, si es liso, polvo, roca, qué tipo, etc”, añade Puzia.
No obstante, el profesor recuerda que, “por ahora”, la posibilidad de impacto es “baja” y recalca que “no hay que ser alarmistas”.