Estados Unidos da la vuelta a la página tras cuatro caóticos años bajo el mando de Donald Trump para dar paso a Joe Biden, que arriba a la Casa Blanca con una promesa de calma y conciliación.
Para el gigante norteamericano, el 2020 fue un año de fracturas y divisiones, marcado especialmente por una agresiva campaña electoral, que vio a Biden imponerse sobre Donald Trump, y por la pandemia de coronavirus (Covid-19) que lo dejó como el país con más muertos y contagiados por la enfermedad en el mundo.
Y para Biden, estos temas prometen ser algunos de los primeros a tratar una vez asuma la presidencia.
“Ahora sabemos que nada, ni siquiera una pandemia o un abuso de poder, puede apagar la llama” de la democracia, declaró Biden a mediados de diciembre.
What beats deep in the hearts of the American people is this: Democracy. pic.twitter.com/jVM7Zc3qWP
— Joe Biden (@JoeBiden) December 15, 2020
Los retos de Biden
Así, Biden y su compañera de fórmula, la senadora Kamala Harris, encontrarán desde el día uno un país polarizado, hundido en una grave crisis económica y social, y con la salud pública golpeada por la pandemia.
La prioridad del nuevo gobierno será entonces enfrentar estos desafíos y reconstruir instituciones y políticas públicas afectadas por la administración Trump.
En cuanto al Covid-19, Biden se enfrenta a uno de sus más grandes retos. Estados Unidos es el país más castigado por la pandemia, con más de 300 mil muertos y millones de contagios.
Prometió mejorar los sistemas de test y de rastreo e incluso advirtió que, de ser necesario, podría cerrar nuevamente el país. Sin embargo, la gran esperanza siguen siendo las vacunas.
También está el tema de la crisis social, tras un año de intensas protestas por la violencia racial y la brutalidad policial, para lo cual el demócrata ha anticipado reformas a la supervisión de los agentes y su responsabilidad en abusos.
Sobre política exterior, Biden ha prometido suavizar las sanciones impuestas a Cuba, así como buscar un nuevo enfoque sobre Venezuela.
En cuanto a migración, Biden heredará la agenda restrictiva de inmigración de Trump, que cortó el acceso al asilo y ha mantenido a los migrantes en el limbo en México mientras esperan protección humanitaria en Estados Unidos. Y aunque ha prometido un cambio rápido, este no será sencillo.
Otras promesas de su administración incluyen la derogación de las regulaciones que han dificultado la búsqueda de asilo en Estados Unidos, un proceso que podría llevar meses.