El encuentro indeseado e inesperado de dos turistas estadounidenses con unos narcotraficantes en el Poblado de Isidro Cortes Rueda, en Tabasco, México, se hizo viral debido a la reacción de los protagonistas, a medio camino entre lo dramático y lo cómico.
Las presuntas víctimas se llaman Logan y Aaron. Toda la escena quedó grabada por la cámara frontal que llevaban en su vehículo.
Un usuario de Twitter apunta que “el vídeo fue grabado el año pasado. Los sicarios probablemente sean de la célula local que está aliada con el Cártel Jalisco Nueva Generación, liderados por el “Pantera”.
Aaron y Logan son dos turistas de EEUU que circulaban por el Poblado de Isidro Cortes Rueda en Tabasco (México), cometieron el error de guiarse por el GPS en una zona que es controlada por algún Cartel. La escena es surrealista porque son los sicarios quienes los calman. pic.twitter.com/2U3BWZ1g3K
— Niporwifi © (@niporwifi) December 17, 2021
Aaron y Logan conducían su furgoneta despreocupadamente, cuando el GPS les llevó directamente a la boca del lobo, a una zona controlada por el narco. Cuando un grupo de hombres armados les da el alto, los dos jóvenes temen lo peor; el miedo irrefrenable empieza a apoderarse de ellos, imaginando un desenlace fatal.
El copiloto intentó dialogar con los supuestos narcos, pero apenas puede articular palabra. Su acompañante, con la mano en el corazón advierte: “Creo que me voy a desmayar”. Poco después es el conductor quien amenaza con desmayarse. Mientras un sujeto armado repite “no problem”, su acompañante le pregunta si “quiere sus medicinas”.
Lo típico que te hacer parar un comando armado en mitad de la nada, y uno de los sicarios te dice que tranquilo que trabajó 4 años en Las Vegas. pic.twitter.com/gdULMn0Z7g
— Niporwifi © (@niporwifi) December 17, 2021
Ante el pánico de Aaron y Logan, son los propios narcos los que intentan tranquilizarlos. Uno de ellos le dice que vivió cuatro años en Las Vegas. Pese a las repetidas llamadas a la calma, los jóvenes no acaban de creer que vayan a salir indemnes del encuentro.
Intenta explicar cómo han llegado hasta allí, pero no aciertan a hacerse entender. Ante el temblor incontrolable que siente el conductor, que le impide agarrar el volante, el capo con quien negocian le abraza y le pide que se tranquilice, e incluso le indica cómo llegar a su destino.
Finalmente tras unos minutos angustiosos, los jóvenes marchan sanos y salvos tras un encuentro que nunca olvidarán.