La pandemia de Covid-19, que ha sacudido todo el planeta y a los servicios sanitarios, también ha impactado en nuevas necesidades sanitarias, una de ellas la píldora contra Covid-19, que se suma a los esfuerzos por reducir la letalidad de esta enfermedad, surgida en diciembre de 2019.
Los tratamientos más avanzados hasta ahora son el molnupiravir del laboratorio Merck/MSD (comercializado bajo el nombre de Lagevrio) y el Paxlovid de Pfizer. Son fármacos antivirales, que disminuyen la capacidad del virus de reproducirse, y frenan así la enfermedad.
Ambos recientemente aprobados en Estados Unidos y en varios países de Europa, como una herramienta más para luchar contra la nueva ola de contagios provocada por la variante Ómicron.
¿En qué consisten las píldoras contra Covid-19?
Se habla de tratamientos orales, píldoras o pastillas, que se administrarían en cuanto aparecen los primeros síntomas de covid-19, con el objetivo de evitar formas graves de la enfermedad y, por tanto, la hospitalización.
Se trata de antivirales que actúan reduciendo la capacidad de replicarse del virus, frenando así la enfermedad.
Ambas compañías informan de una fuerte reducción de las hospitalizaciones entre los pacientes que tomaron sus tratamientos: a la mitad en el caso de molnupiravir y casi al 90% en el de paxlovid, aunque las comparaciones directas sobre la eficacia no son posibles debido a los diferentes protocolos de los estudios.
En paralelo, un antidepresivo que ya está en el dominio público, la fluvoxamina, mostró resultados alentadores en la prevención de las formas graves de covid-19, según un estudio publicado en octubre por investigadores brasileños en la revista Lancet Global Health.
¿Por qué es importante?
Si se confirma que estos fármacos resultan eficaces, será un gran paso adelante en la lucha contra el covid-19 porque complementarían, pero no sustituirían, a la vacunación.
Aunque ya existen tratamientos –principalmente en forma de anticuerpos sintéticos– son fármacos para pacientes que ya padecen formas graves de la enfermedad y que se inyectan por vía intravenosa y por tanto son complejos de administrar.
Por el contrario, una píldora o un comprimido puede recetarse rápidamente al paciente, que puede tomarlo fácilmente en casa.
Los tratamientos de Merck y Pfizer, que también tendrían pocos efectos secundarios, prevén diez dosis durante cinco días.
“El éxito de estos antivirales abre potencialmente una nueva era en nuestra capacidad para prevenir las graves consecuencias de la infección por SARS-Cov2”, dijo el virólogo británico Stephen Griffin en Science Media Center.
¿Cuáles son las limitaciones?
Sigue siendo difícil evaluar el interés de los tratamientos de Merck y Pfizer, ya que los dos grupos solo han publicado hasta ahora comunicados de prensa, sin dar detalles de sus ensayos clínicos.
Por eso estos anuncios deben “tomarse con cautela” hasta que se disponga de los estudios, señaló en septiembre la especialista francesa en enfermedades infecciosas Karine Lacombe, quien subrayó que estos tratamientos representan un mercado “potencialmente enorme” para los fabricantes.
Según una estimación de la oenegé Médicos Sin Fronteras (MSF), un tratamiento de algunos días a base de Lagevrio o Paxlovid en los países desarrollados puede costar unos 700 dólares por paciente.
Tanto Pfizer como Merck han firmado acuerdos de licencia voluntarios para facilitar la difusión de sus tratamientos en los países en vías de desarrollo, una vez reciban la autorización formal.
Con información de AFP