El Gobierno de Perú impuso este martes un toque de queda en la región andina de Puno, en el sur, para frenar las protestas contra la presidenta Dina Boluarte, que ya han dejado 40 muertos en el lapso de un mes. “Se ha aprobado en el Consejo de ministros un decreto supremo que declara inmovilización social en Puno por el plazo de tres días, desde las 20:00 horas hasta las 04:00”, anunció el jefe de gabinete, Alberto Otárola, ante el Congreso.
La región aymara de Puno, en la frontera de Perú con Bolivia, es el epicentro de las protestas, donde hubo saqueos a locales comerciales y ataques a vehículos policiales entre la noche del lunes y la madrugada de este martes, dejando un saldo de 18 muertos. Las muertes han exacerbado la indignación en las ciudades de Puno y Juliaca, a unos 1 mil 300 kilómetros de Lima, cuyos habitantes realizan una huelga desde hace una semana y mantienen el comercio cerrado.
Una nueva jornada de protestas en Perú contra el gobierno de Dina Boluarte dejó el lunes 18 muertos en la región sureña de Puno, fronteriza con Bolivia. Según la Defensoría del Pueblo, 17 de ellos murieron en choques entre manifestantes y la policía. https://t.co/maL88fagUX pic.twitter.com/EeBI287YZB
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La Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías reportó bloqueos y tránsito interrumpido por piquetes en seis regiones: Puno, Cusco, Apurímac, Arequipa, Madre de Dios y Amazonas.
En la región de Ayacucho, también en el sur, miles marcharon por las calles de la ciudad de Huamanga pidiendo la renuncia de Boluarte, nuevas elecciones y convocatoria a una Asamblea Constituyente, los principales reclamos de las protestas.
“¿Quién nos va a defender?”
El lunes, la violenta represión de las fuerzas del orden causó la muerte de 14 manifestantes, que trataron de ocupar el aeropuerto de Juliaca, y de otras 3 personas durante un saqueo en un centro comercial, de acuerdo con la Defensoría del Pueblo. Además, un policía pereció quemado al interior de su patrulla, informó la institución.
PROTESTAS EN PUNO | Policías lanzan bombas lacrimógenas y disparan a enfermeras que atendían heridos en #Juliaca. pic.twitter.com/myCWmAsVfw
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El gobierno justificó la actuación de la policía y militares que custodian la terminal aérea diciendo que fue en respuesta a “una asonada” preparada por miles de manifestantes. El lunes “más de nueve mil personas se aproximaron al aeropuerto de Juliaca y aproximadamente dos mil de estas iniciaron un ataque sin cuartel contra la policía y las instalaciones, utilizando armas hechizas y con doble carga de pólvora, generando una situación extrema”, indicó Otárola a la prensa.
“¿Quién nos va a defender? ¿Quién va a ver por estos niños que están traumados, por estos niños que están quedando sin padre, sin madre, huérfanos?”, dijo una manifestante a la AFP. Por su parte, la Iglesia católica calificó como “situación de guerra” el clima de violencia en el sur de Perú. “La verdad es que estamos en manos de la barbarie (…) El enfrentamiento entre hermanos y hermanas es mucho más doloroso, porque somos parte de una sola sociedad, una familia peruana”, dijo el cardenal y arzobispo de Huancayo, Pedro Barreto, a la radio RPP.
*Con información de AFP