Este miércoles, el Real Madrid vivió uno de esos momentos que quedarán grabados en la memoria de sus aficionados: la despedida de Luka Modric , uno de los grandes referentes del club en el siglo XXI. El croata, junto a Lucas Vázquez, disputó su último partido con la camiseta blanca en la segunda semifinal del Mundial de Clubes, donde el conjunto merengue cayó por un contundente 4-0 ante el Paris Saint-Germain. Aunque el resultado fue amargo, la emoción se centró en el adiós de dos jugadores que han marcado una época.
Modric ingresó al terreno de juego en el minuto 64, cuando el marcador ya reflejaba un 3-0 adverso. A pesar de las circunstancias, su sola presencia trajo consigo la nostalgia de una carrera brillante con el Madrid, club al que llegó en 2012 y del que se marcha como el futbolista más laureado en su historia, con 28 títulos en su haber. A lo largo de sus 597 partidos, el centrocampista croata anotó 43 goles, repartió 95 asistencias y conquistó el corazón de la afición por su elegancia, visión de juego y entrega incondicional.
Modric, leyenda merengue
Más allá de las cifras, Modric encarnó el espíritu competitivo del Real Madrid. Su legado incluye seis Ligas de Campeones, cuatro Ligas españolas y cuatro Supercopas de Europa, entre muchos otros trofeos. Además, su impacto fue tal que en 2018 rompió la hegemonía de Messi y Cristiano Ronaldo, ganando el Balón de Oro tras llevar a Croacia al subcampeonato mundial. Incluso en su última temporada, con 39 años, Carlo Ancelotti continuó confiando en él, participando en 63 partidos y demostrando que aún tenía mucho fútbol que ofrecer.
El ambiente del encuentro fue solemne cuando tanto Modric como Lucas Vázquez se preparaban para ingresar. Desde el banquillo se les vio concentrados, casi nerviosos, sabiendo que estaban a punto de cerrar un capítulo inolvidable. Lucas entró en el minuto 83 y, aunque su futuro aún no está definido, su paso por el club también fue notable, acumulando 402 partidos y 23 títulos. Su polivalencia y compromiso le ganaron el respeto del vestuario y de los aficionados.
Al término del partido, la tristeza del resultado quedó opacada por los emotivos abrazos que sus compañeros ofrecieron a ambos jugadores. Fue el broche final a una era gloriosa del Real Madrid, marcada por la excelencia, el sacrificio y la pasión. Luka Modrić se va como una leyenda viva del club, rumbo al AC Milan, dejando un legado imborrable y sirviendo como inspiración para las futuras generaciones de futbolistas merengues.