El presidente de Xelajú se pronuncia y enciende el ánimo previo a la final de la Copa Centroamericana

Xelajú pide a su afición convertir la final en una fiesta deportiva.

Afición de equipo altense., Xelajú MC
Afición de equipo altense. / FUENTE: Xelajú MC

A pocas horas de que Xelajú Mario Camposeco dispute el partido más trascendental de su historia reciente, el presidente del club, José Carlos López, dirigió un mensaje público a la afición y a la comunidad quetzalteca, subrayando la magnitud del reto que afrontará el equipo en la final de la Copa Centroamericana.

El dirigente destacó que la presencia del equipo en la instancia decisiva no es casualidad, sino el resultado de "trabajo, disciplina y sacrificio" acumulados durante meses. El rival es la Liga Deportiva Alajuelense, uno de los clubes más fuertes del istmo, al que López calificó como una institución "de respeto", en un gesto de cordialidad previo al duelo.

Sin embargo, el mensaje tuvo un claro hilo conductor: la responsabilidad colectiva que implica representar a Quetzaltenango y a Guatemala en una final internacional.

Hoy no juega solo un equipo", afirmó, haciendo referencia al peso simbólico que la ciudad y miles de aficionados depositan en el plantel dirigido por Amarini Villatoro.

Confiaza total a los jugadores y cuerpo técnico 

El presidente también reiteró la confianza total en los jugadores y el cuerpo técnico que ha llevado a Xelajú hasta este punto, después de una campaña continental que superó las expectativas. A la afición, pidió apoyo y comportamiento ejemplar durante el encuentro, anticipando un estadio lleno y un ambiente de alta tensión deportiva.

López aseguró que el club ha preparado un operativo que busca garantizar orden, seguridad y cumplimiento de los estándares que exige Concacaf para un evento de estas características.

La final encuentra a Xelajú con la ilusión intacta y con la oportunidad de conquistar su primer título internacional. La ciudad vive horas de expectativa y esperanza, mientras el equipo se prepara para escribir —o no— una de las páginas más importantes de su historia.