El Santiago Bernabéu emerge como el gran favorito para albergar la final del Mundial de 2030, una cita histórica que marcaría el cierre del torneo organizado conjuntamente por España, Marruecos y Portugal. Aunque el fútbol mundial aún tiene la mirada puesta en la Copa del Mundo de 2026, la planificación del torneo centenario avanza y, entre tantas incógnitas, el estadio madridista aparece como la opción más sólida para recibir el partido decisivo del 21 de julio de 2030. Su peso simbólico, su modernización y la excelente relación institucional entre la FIFA y el Real Madrid refuerzan esta candidatura.
La decisión oficial sobre las sedes definitivas no llegará hasta finales de 2026, cuando la FIFA reduzca la lista actual para ajustarse al límite previsto de 18 estadios. En ese contexto, España mantiene una posición central dentro del proyecto por su experiencia organizativa, su infraestructura futbolística y el número de recintos propuestos. El Bernabéu, que ya fue escenario de la final del Mundial de 1982, cuenta con la ventaja de su historia y de un presente marcado por una profunda renovación tecnológica y estructural.
Santiago Bernabéu, ícono del futbol mundial
Marruecos, por su parte, ha mostrado un fuerte impulso en la preparación del torneo, con importantes inversiones en estadios y ciudades, así como una colaboración estrecha con la FIFA desde su oficina en Rabat.
Portugal completa el tridente organizador, en un proyecto que busca repartir eventos clave como el partido inaugural, el sorteo y los centros logísticos entre los tres países. Sin embargo, dentro de la propia FIFA se reconoce que el eje del Mundial 2030 se apoya en gran medida en España, tanto por iniciativa como por influencia en el panorama futbolístico internacional.
Más allá de lo deportivo, el Santiago Bernabéu ofrece un atractivo global que va más allá del fútbol. Su capacidad para albergar grandes eventos, demostrada incluso en competiciones como la NFL, y la flexibilidad alcanzada en los acuerdos reglamentarios sobre el uso del estadio durante el Mundial juegan claramente a su favor. Aunque otros recintos españoles, como el Metropolitano, también cumplen con los requisitos, el simbolismo y la proyección internacional del Bernabéu lo colocan un paso por delante en la carrera por acoger la final del Mundial 2030.



