El Presidente de la República, Bernardo Arévalo, instó a buscar juntos el sentido profundo de la palabra "Revolución", destacando que la de Guatemala fue de energía social que se multiplica en creatividad y fuerza transformadora. El gobernante dijo que es importante hablar del tema en la Plaza de la Constitución, porque "ha sido el escenario de diversas batallas en la búsqueda de la dignidad del pueblo de Guatemala".
Por siglos la revolución es un hecho trascendente, la historia de Guatemala es la historia de un pueblo que a pesar del peso de la tradición autoritaria, no se acostumbra y no se conforma a vivir rodeado de sombras", manifestó el mandatario.
El jefe del Ejecutivo consideró que la Revolución es inconformidad con la injusticia y la violencia, es la capacidad de ver más allá de lo inmediato. "Una revolución es la posibilidad de pensar lo impensable y expresar amor, no solo por quienes nos rodean, sino por quiénes vendrán", manifestó el mandatario.
Arévalo expresó que las revoluciones permiten tomar acciones concretas para conquistar la libertad y el bienestar. "Una Revolución no es efímera, construye edificios de ideales que perduran y resisten los terremotos de la historia", recalcó.
Así como los revolucionarios de octubre decidieron romper la dictadura y contrarrestar sus devastadores efectos, así los guatemaltecos de hoy no nos resignamos a vivir bajo el yugo de la corrupción y la impunidad", consideró.
El mandatario Arévalo afirmó que "asistimos y trascendemos a lo que ocurrió en la madrugada del 20 de octubre de hace 81 años en la vida social las comunidades y en la vida familiar de quienes llevaron adelante la Revolución".
El jefe del Ejecutivo destacó que esos guatemaltecos "tenían preocupaciones cotidianas, crisis personales, problemas que demandaban atención urgente. Sin embargo, nuestros padres y madres, nuestros abuelos y bisabuelos dejaron las preocupaciones inmediatas por la dignidad y al futuro de la libertad".
Reconoce atascos en el país
En otra parte de su discurso, el mandatario Bernardo Arévalo admitió que hay atascos en los frutos de la Revolución, recordando que los enemigos de la libertad, de la justicia y de la democracia "siguen ahí, agazapados y son los procuradores de nuevos y viejos autoritarismos".
"Aspiran a controlar las instituciones para aprovechamiento personal y no para el beneficio colectivo, son quiénes se han dedicado a pervertir las instituciones de la democracia, para ponerlas al servicio de la impunidad y la corrupción", expresó el presidente Bernardo Arévalo.
El jefe del Ejecutivo definió que los enemigos del país son "quiénes pactan con el narcotráfico y el crimen organizado, quiénes persiguen periodistas y defensores de Derechos Humanos; los que criminalizan autoridades ancestrales y a luchadores por la democracia, quienes intentan persistentemente desestabilizar la democracia, vendiendo mentiras y gritando incoherencias para infundir la confusión y el miedo".
Para el mandatario, esos enemigos son "quiénes no descansan, intentando fabricar la crisis que les permita salir de las trincheras de la corrupción que a una que aún ocupan, para retomar su control sobre aparato del Estado".
Para el gobernante, el objetivo de ellos es seguir enriqueciéndose a costa del bienestar de la gente. Sin embargo, aseguró que "aquí estamos los hijos, los nietos y los herederos de la fuerza, la ilusión y la esperanza de la Revolución de Octubre".
Estamos listos para defender la democracia y la libertad, como en 1944, o como en 2015, o como en 2023, cuando asumamos el reto de iluminar el futuro y escribir una nueva página en la historia de nuestro país", resaltó.
Asumamos el reto de dejar un legado defendiendo la democracia contra los autócratas y los corruptos. Si lo hacemos, nuestros nietos sabrán reconocer que cuando las presiones del presente nos hicieron pensar en el corto plazo, la nación nos hizo poner la mirada en el futuro", instó.
Arévalo añadió que, "cómo los revolucionarios de 1944, asumimos los sacrificios inmediatos para tomar acciones trascendentales para construir un edificio democrático que resista los terremotos de la historia, para dejar huella imborrable en la conciencia colectiva".
En ese contexto, el mandatario pidió hacer "una herida incurable en los enemigos de la sociedad y abrir un camino ancho hacia un futuro de libertad que nuestros cuatro pueblos merecen y reclaman".
"Que viva hoy y siempre la Revolución de Octubre de 1994", finalizó.



