La contaminación provocada por el uso excesivo de productos desechables ha llevado al debate y la puesta en marcha de regulaciones para poder contrarrestarla.
Varias municipalidades se han sumado y ya regulan el uso de utensilios de duroport y de plástico, mientras que organizaciones en pro del medio ambiente siguen realizando campañas para crear conciencia sobre el tema.
Varias de las iniciativas ya se han hecho visibles, ese es el caso de la comunidad del caserío Chotacaj, en Totonicapán, donde una familia se ideó la manera de celebrar una fiesta de quince años de manera distinta.
Al servir el pastel, en vez de utilizar platos desechables, utilizaron hojas de maxán, las mismas que se usan para envolver tamales,
Los pedazos de pastel fueron repartidos entre los invitados en trozos de las hojas verdes.
La hoja de maxán es utilizada en la elaboración de tamales y otros productos tradicionales por lo que tiene gran demanda.
Usualmente se utiliza como envoltorio para la cocción del tamal colorado, para darle un sabor y aroma característico.
Eso la convierte en una hoja muy codiciada en diciembre, para la gastronomía que se comparte en los hogares de los guatemaltecos.
Los llamados platos ecológicos también se han observado en mercados y en puestos de comida en las comunidades rurales.
Joven emprendedor
A mediados de este año fue documentado el caso de un joven emprendedor. Abdías Ixchajchal, pensó en utilizarlas desde cursaba Perito Agrónomo.
“Si quería graduarme tenía que ayudar al planeta”, aseguró en esa ocasión, cuando explicó que el uso de las hojas era parte de su proyecto de estudios.
Ixchajchal aseguró que la idea de usar las hojas en vez de platos surgió luego de ver algunos videos en YouTube de comerciantes de medio oriente.
“En esos videos hacían platos similares con otro tipo de hojas. Estuve experimentando cerca de 2 meses y ahora tengo este resultado”, afirmó.
El joven explicó que sus platos son hechos de hojas de maxán y de “palitos de papas”, donde coloca las porciones de papas fritas que pone a la venta.
Por Alberto Chaclán.