El guía supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, ha reaccionado luego de los ataques con misiles contra dos bases militares en Irak en la que hay soldados estadounidenses.
Ha sido “una bofetada en la cara” de Estados Unidos, afirmó, pidiendo a su vez que la venganza vaya aún más lejos. “La presencia corrompida de Estados Unidos en la región debe terminar”, aseveró.
“No retrocedemos” frente a Estados Unidos, se felicitó por su parte el presidente de Irán Hasan Rohani.
Su declaraciones fue de las primeras tras el ataque con misiles contra dos bases militares en Irak en las que hay soldados estadounidenses.
#NewsTalk Iran 🇮🇷 vs EEUU 🇺🇸….. El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jameneí, ha calificado de "bofetada en la cara" de EE.UU. los ataques iraníes con misiles contra las bases aéreas iraquíes que albergan tropas estadounidenses, informan medios locales…. #MGLD pic.twitter.com/3abAvByzvE
— PalillitoArnold33 (@PalillitoA33) January 8, 2020
Bombardeo
La noticia acaparó la atención mundial como una represalia a la muerte del general iraní Qasem Soleimani, exjefe de la Fuerza Quds iraní.
Una respuesta militar que marca una “nueva etapa” en las tensiones pero no ha provocado por ahora la temida escalada.
En Bagdad, capital de Irak, el presidente Barham Saleh lamentó este ataque y pidió que su país no se convierta en un “campo de batalla” regional.
En plena noche y en tan solo media ahora, un total de 22 misiles balísticos cayeron sobre las bases que albergan a militares extranjeros, entre ellos algunos de los 5.200 soldados estadounidenses desplegados en Irak.
Según el ejército iraquí, los bombardeos no causaron muertos entre sus filas. La televisión estatal iraní dijo que al menos 80 estadounidenses murieron en este ataque, una información que no se ha confirmado.
El ataque iraní se produjo pocas horas después del entierro de Soleimani en Kerman, en el que participó una impresionante multitud que pedía venganza y “la muerte de América (Estados Unidos)”, aunque el mismo Jamenei aclaró después que hacía referencia a Trump, Bolton y Pompeo.
Tal era la muchedumbre congregada que una estampida se produjo durante el funeral y provocó la muerte de 56 personas además de dejar heridas a otras 213, según el último balance de los medios locales.