Una joven pareja guatemalteca encontró cómo cultivar su amor en medio del confinamiento de la mujer, en el quinto piso de un hotel, tras dar positivo a la Covid-19, hecho que los obligó a postergar su matrimonio.
Apostado en la calle del hotel capitalino, acondicionado para atender enfermos de la Covid-19, Miguel Ángel Taque, de 26 años, se valió de una manta con la frase “Mi sonrisa está lista para cuando vuelvas”, para saludar a su novia Yoselin Solórzano (24), observó un fotógrafo de AFP.
Taque, vestido con playera y tenis negros y pantalón de mezclilla azul, dijo a la AFP que tenían planificado contraer nupcias el próximo 15 de agosto, pero el contagio y las restricciones impuestas por el gobierno desde hace cuatro meses truncaron sus sueños.
Para contener la pandemia, el gobierno prohibió las reuniones y eventos sociales, culturales y deportivos, y mandó cerrar las iglesias, centros comerciales, escuelas y universidades.
“El amor todo lo puede”, dice Taque sobre la solución que encontró para expresar sus sentimientos a su novia, que se recupera en este centro habilitado por el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS).
Cuenta que había planificado pedirle matrimonio en una lancha en el lago de Amatitlán, cercano a la capital guatemalteca, pero la pandemia le cambió los planes, por lo que hizo el pedido por una red social y el anillo de bodas lo envió mediante una empresa de mensajería.
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En tanto, Solórzano comentó vía telefónica a la AFP que podrá salir el lunes o martes próximo para una cuarentena de 17 días en su casa.
Ella perdió el olfato y el gusto, sufrió fuertes dolores de cabeza y diarrea, contó esta enfermera que trabaja en el hospital público del caribeño Puerto Barrios (noroeste).
La pareja reprogramó la boda para el 5 de diciembre, siempre y cuando “sigamos avanzando hacia una posible normalidad”, dijo Solórzano.
Datos oficiales indican que hasta este viernes Guatemala suma 49.789 contagios y 1.924 muertos por covid-19.