El macabro caso de una niña de 12 años, quien fue abusada, torturada y posteriormente asesinada, y cuyo cuerpo fue encontrado en un baúl la noche del pasado 14 de octubre, cerca del edificio donde vivía con su familia, generó conmoción. Una persona en situación de calle denunció a la policía el descubrimiento de una caja opaca, la cual parecía tener en su interior restos humanos. Al lado de la caja había dos maletas de mano.
La desaparición de la niña había sido denunciada previamente a la policía, destacó una fuente cercana al caso. Las cámaras de seguridad del edificio mostraron a la menor entrar al inmueble, pero luego desapareció, según otra fuente cercana al archivo. Las primeras constataciones apuntan a que la joven tenía la cabeza casi arrancada e inscripciones en el cuerpo.
Lola, como fue identificada, murió supuestamente a manos de una mujer de 24 años, de origen argelino y en situación irregular en Francia, quien además habría abusado de ella. Su muerte conmocionó el país europeo y encendió el duro debate político sobre el origen de la sospechosa, mientras la ultraderecha y la derecha cargaron contra un “laxismo migratorio”.
Dahbia B, d'origine algérienne, la principale suspecte dans la mort de la petite Lola retrouvée égorgée, violée, décapitée partiellement recroquevillée dans une malle.
Les autres MONSTRES sont Amine K., Friha B. et Rachid N
A méditer et surtout à gerber! pic.twitter.com/WeoTdjkMWZ— REINE KABYLE (@Rosa32Rosa32) October 17, 2022
“Castigar este crimen como se merece”
Dahbia B., en prisión preventiva acusada de “homicidio” y “violación agravada”, llegó con un visado de estudiante a Francia en 2016 y, en agosto, se le comunicó una orden para abandonar voluntariamente el territorio en 30 días. Los servicios policiales conocían a la acusada, que presentaría problemas psicológicos y una caótica historia de vida marcada por la marginalización, porque, en 2018, fue víctima de violencia doméstica.
“La sospechosa de este acto bárbaro no debería haber estado en nuestro territorio desde hace más de tres años”, aseguró la ultraderechista Marine Le Pen, líder del primer partido de la oposición, denunciando un “laxismo migratorio”. La primera ministra, Élisabeth Borne, le pidió a Le Pen un “poco de decencia”, que respetara “el dolor de la familia” y que dejara “a la policía y a la justicia hacer su trabajo” para “castigar este crimen como se merece”.
El presidente francés, el centrista Emmanuel Macron, recibió este martes a los padres de la víctima para expresarles “su pésame (…), su solidaridad y su apoyo en el sufrimiento que están pasando”, indicó su oficina. Sin embargo, horas después, el caso sacudió la sesión de preguntas al gobierno en la Asamblea Nacional, donde la derecha y la extrema derecha se esforzaron en vincular la tragedia a la inmigración irregular.
*Con información de AFP